Cinco de los condenados siguieron el trámite por videoconferencia. La mayoría de los acusados, entre ellos “Guille”, pidieron no presenciarlo.
Con cinco acusados que siguieron el debate por videoconferencia, ayer arrancó el trámite de apelación de 18 condenados como miembros de la banda de Los Monos y dos absueltos. Con la noticia fresca del ataque a la Fiscalía Regional (ver página 31) y los ecos de la balacera ocurrida un día antes a una casa de la jueza Gabriela Sansó, que preside el tribunal de revisión, el debate se inició con planteos de nulidad de dos defensores del núcleo duro. La mayoría de los acusados pidió no presenciar las audiencias, argumentativas y de corte técnico, hasta el cierre previsto para dentro de dos semanas.
La jornada comenzó a las 9.30 en la sala 7 del Centro de Justicia Penal (CJP), la misma donde se desarrolló por el juicio oral a la banda que culminó en abril con altas condenas para 19 acusados. De estos sólo Máximo Ariel “Viejo” Cantero consintió su sentencia a 6 años como miembro de una asociación que tiene a sus hijos condenados en el rol de jefes. Los demás apelaron. La fiscalía apeló las absoluciones de Lorena Verdún, ex pareja del asesinado Claudio “Pájaro” Cantero, y del representante de futbolistas Francisco Lapiana.
Pantalla
La mayoría de los actores ligados al juicio volvieron a verse las caras ayer ante las camaristas Gabriela Sansó, Carolina Hernández y Bibiana Alonso en una sala sin público —el debate fue seguido por la prensa desde un palco— y con medidas extremadas de seguridad. Incluso se amplió a otras calles el corte de tránsito en torno al perímetro del edificio desde que fuera baleado la madrugada del 4 de agosto pasado. El lunes, una casa de San Luis al 1400 que perteneció a la familia de la jueza Sansó fue impactada con veinte balazos 9 milímetros.
Sin la presencia física de los imputados presos, la sala lució menos colmada que durante el juicio. Desde una pantalla dividida en tres partes siguieron el debate cinco condenados. En el ángulo inferior derecho se veía en primer plano el rostro Ariel “Guille” Cantero, condenado a 22 años, desde la cárcel federal de Resistencia. En el ángulo izquierdo aparecía Emanuel “Ema” Chamorro, detenido en Rawson. Ambos pidieron excusarse de seguir asistiendo al debate.
En la parte superior de la pantalla se veía a otros tres imputados. De izquierda a derecha, eran Walter Daniel Jure, sentenciado a 5 años; Ramón “Monchi Cantero” Machuca, condenado como jefe a 37 años de prisión, y Mariano Salomón, con 4 años y 6 meses de condena. Los tres estaban escoltados por guardiacárceles y presenciaron el debate desde una sala de videoconferencias de la Unidad 3 de Rosario.
El abogado de Salomón confirmó que su cliente no quiere presenciar las audiencias sino regresar a su celda en la Unidad 11, algo que luego corroboró el detenido. Jure, en cambio, dijo que prefiere asistir al debate.
La audiencia, en un clima no desprovisto de tensión, transcurrió tal como estaba pautada en el cronograma. Primero se presentaron las partes. Los fiscales Luis Schiappa Pietra, Gonzalo Fernández Bussy y María Alejandra Rodríguez, que intervinieron en el juicio, acompañarán en esta instancia a la fiscal de Cámaras María Eugenia Iribarren. Luego se identificaron los 14 abogados que defienden a 20 acusados, la mayoría de ellos presentes pero que a la vez pidieron no seguir asistiendo a las jornadas de debate.
Nulidad
Pese al notable refuerzo del personal de seguridad y la presencia de francotiradores en la azotea, en la sala no hubo alusiones directas a la saga de balaceras que desde hace dos meses y medio tienen como blanco a casas de magistrados o funcionarios que investigaron a Los Monos. Sólo hubo una mención del abogado Fausto Yrure a la excusación del juez Ismael Manfrín, quien presidió el tribunal que condenó a la banda pero dio un paso al costado cuando dos domicilios en los que residió fueron atacados a balazos el 29 de mayo pasado.
Para Yrure, Manfrín incurrió en una “actitud contradictoria” porque no aceptó ser recusado al inicio del juicio oral pero sí se apartó una vez concluido el debate. Según el defensor, el juez se excusó porque los ataques a sus viviendas fueron vinculados “por los medios de comunicación” con la banda de Los Monos y ante el temor de que las partes pudieran temer una afectación a su imparcialidad. La semana pasada, tres hombres fueron detenidos por esos dos ataques que, para la Fiscalía, ordenó Guille desde la cárcel.
Esa mención de Yrure se inscribió dentro de un pedido de nulidad de todo el juicio y también de la sentencia que hizo junto a Edwards. Los abogados consideran que Manfrín y la jueza María Isabel Mas Varela debieron excusarse de intervenir en el juicio oral porque ya habían tenido contacto con la prueba y parte de las escuchas al integrar, previamente, el tribunal que juzgó al clan Bassi por el crimen del Pájaro Cantero. Esto, para los defensores, pudo contaminar las impresiones de los magistrados.
Otro punto que atacaron de la sentencia es la valoración que realizó, a su criterio arbitraria, de los dichos de tres testigos que habían incriminado a Los Monos durante la instrucción pero se “dieron vuelta” al exponer en el juicio. Uno era Diego Romero, asesinado a tiros hace diez días, y si bien su familia salió a aclarar que el crimen no tendría relación con Los Monos esa es una de las hipótesis de la Fiscalía de Homicidios. Para el tribunal de juicio, todo hacía inferir que “cambió su testimonio por temor a represalias”. Los abogados atacaron esa valoración. Se mencionaron no su nombre y sus dichos pero sin referencias a su reciente asesinato.
Silla vacía
Al reanudarse la audiencia tras un cuarto intermedio sobre el mediodía, en el cuadro de la pantalla asignado a Guille sólo se advertía una silla vacía. Entonces, por orden de Sansó, los guardias fueron a buscarlo dentro de la cárcel chaqueña para que expresara si iba seguir atento o prefería retirarse. Al regresar, Cantero comunicó ante el micrófono que no tiene intenciones de presenciar el debate y que recién regresará sobre el final para la instancia de conocimiento personal ante las juezas.