Según la Fada, el agro genera empleo para 43 monumentales llenos y produce carnes para las parrillas de 113 países.
Por cuarto año consecutivo, la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada) mide el aporte social y económico de las cadenas agroalimentarias.
La evolución de estos indicadores resulta relevante para dimensionar el significado del campo argentino, y con ello, la generación de empleo, el agregado de valor, la capacidad del país de alimentar su población y de producir alimentos para colocarlos en el mercado internacional, generar ingreso de divisas y aportar en materia tributaria.
En este sentido, el nuevo informe de la fundación denominado “El campo en números” señala que las cadenas agroalimentarias generan: 1 de cada 6 puestos de trabajo privados, 1 de cada $10 del PIB, 6 de cada US$ 10 de las exportaciones del país y 1 de cada $9 de la recaudación tributaria nacional de Afip.
Al respecto, David Miazzo, economista jefe de la Fada, resaltó: “La investigación demuestra que las cadenas agroalimentarias son proveedoras de tres insumos que hoy son escasos en el país, pero claves para pensar un desarrollo a largo plazo: empleo, dólares y federalismo”.
Impuestos al agro
Un tema que genera muchos cuestionamientos es el aporte tributario, y más aún cuando se habla del campo y las famosas retenciones. Según el análisis de Fada, el año pasado, las cadenas agroalimentarias aportaron $ 243.086 millones (US$ 14.679 millones), de los cuales $98.190 millones provincial del sector agropecuario primario y $144.897 millones, por la industria agroalimentaria
Para medir esta contribución, la fundación seleccionó un conjunto de impuestos representativos: Ganancias, Ganancia Mínima Presunta, Seguridad Social, Derechos de Exportación, IVA e Impuesto a los Créditos y Débitos. Sobre la recaudación nacional, que fue de $2.842.217 millones (US$ 171.631 millones), las cadenas agroalimentarias aportaron 8,6% mientras que sobre los impuestos seleccionados, cuya recaudación fue de $ 2.266.056 millones (US$ 136.839 millones), la participación ascendió a 10,7%.
Al compararlo con 2016, resaltaron que el aporte de las cadenas creció 17%.
Granos con valor
Otro dato significativo que se desprende del informe es que al poner la producción de granos en camiones, la fila daría dos vueltas y media a la Tierra. En la campaña 2016/17, la cosecha dejó más de 133 millones de toneladas. Al respecto, destacaron que hubo mayor producción de maíz y trigo, lo cual es un dato positivo a nivel de sustentabilidad porque significa mayor rotación de cultivos y un mejor cuidado de la tierra. En sintonía, la economista Nicolle Pisani Claro, subrayó: “Es importante tener en cuenta que mientras más aumenta la producción, hay mayor necesidad de darle valor agregado, lo cual genera más empleo y empuja el crecimiento de las economías regionales”, y añadió: “Por ejemplo, el caso de la caña de azúcar, el maíz y la soja, no solo se vuelven alimento, sino también energía”. En ese sentido, el informe muestra que 1 de cada 8 litros de nafta es bioetanol y 1 de cada 10 litros de gas-oil, es biodiésel.
Materia pendiente Hacia el final del estudio, la Fada advierte que tanto para solucionar las problemáticas como para explotar todo el potencial hay asuntos por resolver como los problemas de infraestructura, la recuperación lechera, aumento del stock, la faena y el peso en la ganadería bovina, oportunidades de seguir creciendo en la actividad porcina. También se refirieron a la necesidad de fomentar el valor agregado en origen en todas las cadenas, desde las frutas a las bioenergías, como punto esencial del crecimiento de todo el país.
Hacia adentro de las propias cadenas, plantearon el desafío de producir con mejores prácticas, mejorar la formalidad de distintas actividades y del empleo, trabajar por el consenso de los propios actores de la cadena como parte responsable del “trabajo argentino.
Fuente: Agritotal