Echando mano a sus respectivas billeteras, los equipos argentinos sumaron varios refuerzos para apuntalar el éxito. Boca gastó muchos millones y River, en cambio, ni un peso
Y a están todos los dados en el cubilete de la pasión que despierta la Copa Libertadores. Y ese cubilete se agita con los sueños de 16 equipos, entre los que se encuentran los seis representantes argentinos que jugaron en la fase de grupos.
Y ante ese panorama, los más poderosos, ubicaron esta competencia como el objetivo principal para esta segunda parte del año, aunque echando mano a diferentes caudales de dólares para conformar sus respectivos planteles. En esa pulseada, Boca fue el que sacó una amplia ventaja, tras desembolsar la friolera de 17,5 millones de dólares para incorporar cinco caras nuevas: el colombiano Sebastián Villa (3,5 millones), Mauro Zárate (3 millones), Carlos Izquierdoz (6 millones), Esteban Andrada (5 millones) y Lucas Olaza (préstamo sin cargo y no lo usará en la Copa). Pero, además, Guillermo Barros Schelotto pudo conservar en sus filas a Gonzalo Pavón y recuperó Fernando Gago y Darío Benedetto.
En contraposición, River, no sólo resolvió no incorporar refuerzos en este mercado de pases, sino que además vendió al lateral uruguayo Marcelo Saracchi (al Leipzig) lo que le generó un ingreso de 10 millones de dólares.
Claro que River se había adelantado al resto a principios de año, cuando apeló a todas sus billeteras para traer a cuatro figuras de primer nivel: Lucas Pratto (11 millones), Franco Armani(4 millones), Bruno Zuculini (3,5 millones) y Juan Fernando Quintero (300 mil dólares por su préstamo).
Racing no estuvo a la altura de Boca, pero fue la segunda billetera y le sacó ventaja a Independiente. El Chacho Coudet logró sumar seis caras nuevas y su inversión rondó los ocho millones de dólares, aunque en este mercado transfirió a Lautaro Martínez, la gran estrella que le permitió embolsar un camión de plata. Así llegaron Gustavo Bou (por 1,6 de los 2 millones que Tijuana le debe a Racing); el arquero Gabriel Arias (1 millón de dólares por el 80 por ciento del pase); Mauricio Martínez (2,2 millones), Eugenio Mena (800 mil), Marcelo Díaz (3 millones) y Jonatan Cristaldo (libre). Un total de 8,6 millones de dólares.
Casi por un global similar (4.650.000 dólares) Independiente incorporó a seis jugadores: Carlos Benavídez (2,5 millones por el 60 por ciento, aunque en su caso no podrá disputar la Libertadores); Pablo Hernández (1,5 millones); Ezequiel Cerutti (500 mil dólares por su préstamo), Milton Alvarez (150 mil por todo el pase) más Francisco Silva y Nicolás Burdisso (llegaron libres, sin cargo).
Por su parte, tanto Atlético Tucumán como Estudiantes (los otros argentinos en octavos de final) fueron ahorrativos. El Decano sumó siete caras nuevas sin comprar pases: José San Román, Juan Kaprof, Mauro Matos, Ricardo Noir, Juan Mercier, Mathías Abero y Claudio Pombo. En tanto, Estudiantes, cuatro veces campeón de la Libertadores, sumó a Lucas Albertengo y Fernando Evangelista, con una mínima inversión.