Entre 2008 y 2017 se perdieron 974 hectáreas. Entre las causas se destaca la falta de agua que hizo desaparecer algunos minifundios. Hoy la provincia cuenta con 7.509 hectáreas cultivadas con vid y esa cifra coloca a La Rioja como la tercera provincia vitícola de la Argentina en cuanto a superficie cultivada.
En los últimos 10 años bajó un 13% en la Provincia la superficie cultivada de uvas destinadas a la elaboración de vinos y mostos.
Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en 2017 se registraron 7.509 hectáreas (ha) cultivadas con vid. La cifra marca una disminución de 974 ha con respecto a las que había en 2008.
El relevamiento del INV resaltó que la mayor disminución se reflejó en las variedades blancas (-652 ha) y en las rosadas (-234 ha). Por su parte, las tintas disminuyeron en menor proporción (-87 ha).
El informe también destaca que la matriz vitícola de la provincia de La Rioja es mayormente de variedades aptas para elaboración de vinos y mostos. No obstante, en los últimos años se observó un aumento de la superficie de variedades aptas para consumo y para pasas y una disminución de uvas aptas para elaboración.
Así, mientras que en el año 2008 el 90% de la superficie total cultivada era de uvas para elaboración, en el año 2017 ese porcentaje bajó a 88,7%. “Se registra una merma de 974 hectáreas de vid en la Provincia respecto al año 2008, que corresponde a variedades aptas para elaboración, las cuales disminuyeron un 13%. Las variedades aptas para pasas y consumo en fresco prácticamente no variaron el número de hectáreas totales”, señala el informe.
Además, el INV subrayó que La Rioja es la tercera provincia vitícola del país en cuanto a superficie cultivada ya que detenta una superficie de vid de 7.509 ha, lo que representa el 3,4% del total país.
La sequía, un factor determinante
Desde la Cámara Riojana de Productores Agropecuarios (CARPA) confirmaron la información del INV respecto a la disminución de la superficie cultivada y explicaron algunas posibles causas de la situación.
Entre otras razones, la pérdida de superficie cultivada se debe a que algunas plantaciones de vid se secaron por la falta de agua. “Las hectáreas que se perdieron es en parte, porque se han ido muriendo algunas plantas y así desaparecieron algunos minifundios, principalmente a causa de la falta de agua”, aportó el presidente de CARPA, Mario González.
El empresario agregó que si bien 2017 fue un buen año en cuanto a la rentabilidad del sector -situación que se mantuvo este año, dijo- aclaró que previo a eso, en los seis años anteriores, la pérdida de rentabilidad golpeó duro a la actividad, en especial a los pequeños productores y explicó que esa situación derivó, en algunos casos, en el abandono de algunos minifundios.
Fuente: Economía Riojana