Muchos pueden tararear su melodía, pero pocos conocen cómo surgió este clásico. Tiempo después de su publicación, un día como hoy de 1968, Paul McCartney confesó que la compuso para consolar al hijo de John Lennon tras la separación de sus padres
En cada lugar donde se presenta Paul McCartney, la gente saca todo lo que tiene adentro para cantar la coda de Hey Jude. Claro, nos referimos a esos dos minutos finales al grito de “nahh, na, na, nahh-na-na, nahhh”. Un himno mundial. ¿Pero qué historia hay detrás de este clásico total de The Beatles?
En 1968, mientras conducía desde Londres a Weybridge para saber cómo se encontraban Cynthia Powell y Julian Lennon, la ex esposa de John y su hijo, Paul apagó la radio para encontrar inspiración. Fue en ese entonces que tarareó algunas estrofas para consolar al pequeño por la separación de sus padres tras la irrupción de Yoko Ono en la vida de su padre.
“En ese momento, empecé a cantar: ‘Hey Jules, no lo estropees, elegí una canción triste y mejorala’. Tenía un mensaje optimista y esperanzador para Julian. Sé que no eres feliz, pero vas a estar bien”, reveló el músico.
Más tarde, McCartney explicaría que el Jules del título se convirtió en Jude porque resultaba más fácil de cantar. Sin embargo, los historiadores sospechan que el artista cambió el nombre solo para preservar la identidad, y la privacidad, del chico.
Hey Jude fue editada el 26 de agosto de 1968 en los Estados Unidos y, un día como hoy de ese mismo año, llegó a las disquerías del Reino Unido. Además de ser un clásico total de los cuatro de Liverpool, la canción fue el primer simple (acompañado de Revolution) bajo su propio sello discográfico: Apple.
Apenas unas semanas después de aquél lanzamiento, el 4 de septiembre, la banda grabaría este hit en vivo en los estudio Twickenham.