Se trata de una estadounidense de 22 años que se convirtió en la persona de menor edad en someterse a la operación. Lo hizo para recomponer su rostro tras un intento de suicidio fallido.
Una estadounidense de 22 años se convirtió en la persona más joven en recibir un trasplante de cara.
Se trata de Katie Stubblefield, quien se sometió a la compleja operación para recomponer su rostro, deformado por causa de un disparo.
Cuando tenía 18 años, más precisamente el 25 de marzo de 2014, Katie intentó suicidarse al dispararse con un rifle en la cara.
Stubblefield sobrevivió, pero el tiro destruyó sus facciones.
Para tener su nuevo rostro, hicieron falta 22 operaciones, luego de la donación del rostro de una mujer de 31 años que había fallecido por una sobredosis, llamada Andrea Schneider.
La abuela de la difunta, Sandra Bennington, decidió realizar la donación luego de enterarse de que los órganos y tejidos faciales eran compatibles.
La intervención incluyó frente, párpados superiores e inferiores, cuencas del ojo, nariz, boca y labios, las mejillas, la mandíbula superior y parte de la inferior, dientes y músculos faciales.
Cuando se sometió al trasplante Katie tenía 21 años, por lo que se convirtió en la receptora más joven de un trasplante de cara en los Estados Unidos.