El debate se desarrollará en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe y por primera vez se tratará el aborto como delito autónomo.
Este jueves, en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe, se dará inicio al juicio oral y público en el cual Silvia Suppo fue la principal denunciante de las torturas sufridas durante la última dictadura cívico militar. Por el mismo estarán en el banquillo de los acusados cuatro imputados por “privaciones ilegítimas de la libertad” en perjuicio de siete personas, tres de ellas ya fallecidas. En tanto, se le atribuye la figura de homicidio simple a uno de los acusados. A su vez, la causa tendrá la particularidad de que se juzgará el aborto provocado a Suppo cuando esta se encontraba secuestrada.
El juicio comenzará a partir de las 8.30 y será ante el tribunal de jueces camaristas, conformado por Luciano Lauría –presidente–, María Ivón Vella y José María Escobar Cello. Por la Fiscalía estará el fiscal general, Martín Suárez Faisal, mientras que por la querella estarán los abogados, Lucila Puyol y Guillermo Muné, en representación de Marina Destefani y Andrés Destefani (hijos de Silvia Suppo y de Jorge Destefani, y sobrinos de Hugo Suppo). Por el mismo pasarán cerca de 29 testigos citados por ambas partes.
En el banquillo de los acusados estarán sentados Ricardo Silvio Ramón Ferreyra (81), quien se desempeñó durante el hecho investigado como comisario de la Seccional 4ª y el cual goza actualmente del beneficio de la prisión domiciliaria; Juan Calixto Perizzoti (81), también con la domiciliaria y que ofició como comisarío; María Eva Aebi (65), también con funciones de comisario durante la dictadura y quien permanece alojada en la Unidad Nº 4 de Mujeres; por último, estará en el banquillo el comisario Oscar Adolfo Farina (65).
Tres de estos serán representados por la defensoría oficial ante el tribunal, a cargo de Julio Agnoli, mientras que Farina, que llega al juicio en estado de libertad será representado por el abogado Ignacio Alfonso Garrone.
Los cuatro se encuentran imputados de haber participado, mediante el secuestro y torturas, de la desaparición forzada de Reinaldo Alberto Hattemer y el asesinato de Rubén Luis Carignano (el cual apareció ahorcado en la Comisaría Cuarta). En el caso de Perizzotti, Aebi y Farina, los tres se encuentran imputados de haber cometido el delito de aborto a Silvia Suppo, cuando esta se encontraba secuestrada en un centro clandestino. A su vez, a Ferreyra se le atribuyó la violación en perjuicio de Suppo y el homicidio de Carignano.
Cada secuestro
Las víctimas en total fueron siete personas, tres de ellas fallecidas. Reinaldo “Alemán” Hattemer, quien era el novio de Silvia Suppo, y el cual fue secuestrado el 25 de enero de 1977, a las 11.30, por un comando de las fuerzas conjuntas, desde el frente de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús de la ciudad de Rafaela. El mismo militaba en ese entonces en la Juventud Peronista, línea Montoneros. Actualmente se encuentra desaparecido.
En cuanto a Silvia Suppo, fue asesinada el 29 de marzo del 2010, entre las 9 y 10, de siete puñaladas en un local de marroquinería del cual era propietaria. Por aquel caso fueron condenados Rodrigo Sosa y Rodolfo Cóceres, a prisión perpetua como coautores del delito de homicidio calificado por alevosía y por querer procurar la impunidad el 31 de marzo del 2015.
Suppo fue privada ilegítimamente de su libertad durante las primeras horas de la tarde del 24 de mayo de 1977 y fue mantenida secuestrada hasta diciembre de 1980 en centros clandestinos. Allí, fue sometida a múltiples y reiterados tormentos tanto en la Comisaría Cuarta de la Policía de Santa Fe, como así también en la Guardia de Infantería Reforzada. En dichas reparticiones sufrió violaciones reiteradas en el centro clandestino de detención conocido como “La Casita”, ubicado en la zona de Recreo. Producto de esas violaciones quedó embarazada y tuvo un aborto forzado.
En cuanto a Jorge Alberto “Corcho” Destefani (fallecido), la investigación constató que fue privado ilegítimamente de su libertad aproximadamente a las 14.30 del 24 de mayo de 1977, por un grupo de fuerzas conjuntas que llegaron a su domicilio de calle General Mosconi 180 de la ciudad de Rafaela. El joven fue sometido a múltiples y reiterados tormentos también en la seccional Cuarta de Santa Fe (adonde fue trasladado con los hermanos Suppo). También pasó por la “La Casita” y estuvo en la Guardia de Infantería Reforzada. Posteriormente fue llevado a la cárcel de Coronda, Caseros y La Plata. Tres años después, recuperó su libertad.
En lo que respecta al matrimonio de Graciela María Rabellino y Ricardo Alberto Díaz, ambos fueron detenidos el 31 de mayo de 1977 por un grupo de tareas de la Policía de Santa Fe, cuando los dos se encontraban en sus trabajos en la ciudad de Rafaela. Al igual que las demás víctimas, fueron sometidos a múltiples y reiterados tormentos tanto en la Comisaría Cuarta, como en la Guardia de Infantería Reforzada. Rabellino pudo recuperar su libertad el 24 de diciembre de 1978, mientras que Díaz salió el 30 de noviembre de 1980.
Rubén Luis “Coco” Carignano (fallecido), fue privado ilegítimamente de su libertad el 23 de mayo de ese año, por un grupo de fuerzas conjuntas que operaban en la ciudad de Rafaela. El mismo habría sido asesinado por asfixia y se lo encontró ahorcado en una celda en la Cuarta el 28 de mayo de 1977.
Por último, Hugo Rogelio Suppo, el hermano de Silvia, también fue privado ilegítimamente de su libertad el 23 de mayo de 1977 en su domicilio de calle José Hernández Nº 466 de la ciudad de Rafaela, por un grupo de seis o siete personas armadas y vestidas de civil que lo introdujeron a un Ford Falcon y lo trasladaron a la jefatura local.
Ese mismo día fue trasladado a la seccional Cuarta de Santa Fe y con posterioridad a “La Casita”. En los dos centros sufrió múltiples y reiterados tormentos por lo que tuvo que ser trasladado al hospital José María Cullen. De ese nosocomio logró escapar el 28 de mayo de 1977 y así permanecer en el exilio fuera del país.
Por primera vez un aborto
El juicio que tendrá su inicio este jueves en el TOF de Santa Fe, tendrá la particularidad que por primera vez se juzgará el delito de aborto como autónomo, el cual nunca había llegado a una instancia de juicio.
El mismo se basa en lo que le tocó vivir a Suppo durante su secuestro en la Comisaría Cuarta. Ese hecho fue reconocido por la propia víctima y también por una testigo, que relató que Suppo le contó en varias oportunidades que no menstruaba y que había sido ultrajada en varias oportunidades en una casa de fin de semana de Santa Fe.
Cuando Suppo contó que estaba embarazada, al día siguiente la buscaron, la maquillaron y le pusieron un pulóver. Seguidamente, llegó el imputado Perizzotti junto con Farina y una chica que se llamaba María Eva.
Farina hizo el papel de marido de Suppo y la tal María Eva simuló ser familiar. Todos se retiraron del lugar y a los cinco días Suppo regresó al centro clandestino y contó que le habían practicado un aborto y que al mismo accedió por temor a que la mataran.