El ministro de Seguridad de la provincia, Maximiliano Pullaro, confirmó hoy que el gobierno provincial pagará sumas que van de los 10 mil a los 250 pesos a aquellas personas que aporten datos a partir de denuncias sobre la existencia de armas de fuego que forman parte del circuito ilegal.
Pullaro participó, junto al gobernador Miguel Lifschitz, este mediodía de la presentación de la nueva Unidad de Prevención de la Violencia con Armas de Fuego, que tiene por objetivo realizar controles en armerías, cotos de caza, y otros establecimientos en los que se usen armas de fuego.
El ministro reveló datos estadísticos sobre la cantidad de armas ilegales en la provincia. “En Santa Fe hay unas 100 mil personas con tenencia de armas de fuego y 150 mil armas registradas en el orden nacional. Según información del Estado nacional, por cada arma de fuego legal hay dos ilegales, con lo cual. podemos estar hablando de 400 mil armas que tenemos en Santa Fe”.
El ministro dijo que el objetivo es “trabajar en campañas de concientización de lo que es el desarme y lo que es la entrega voluntaria de armas” y destacó que, para poder lograrlo, “es necesario poder combatir los circuitos ilegales”.
“Dentro de la agencia que estamos poniendo en funcionamiento, vamos a trabajar con un protocolo que cada persona que sepa de la existencia de un arma de fuego ilegal pueda llevar adelante una denuncia en los centros territoriales de denuncia las que serán giradas a la Fiscalía para que se lleve adelante una profunda investigación”, abundó.
En ese sentido, remarcó que “en caso de que la Justicia ordene allanamientos y se encuentre un arma de fuego, el Estado santafesino pagará sumas que irán entre los 10 mil y los 250 mil pesos en función de la cantidad de armas y municiones que sean encontradas en estos diferentes procedimientos que llevará adelante la Policía de la provincia”.
Lifschitz responsabilizó a las organizaciones narcocriminales por la gran presencia de armas del circuito ilegal y apuntó “particularmente el narcomenudeo y la distribución de droga en los barrios, que termina generando recursos económicos, que se vuelcan en economías informales y que alimentan los circuitos de violencia”