Tras alcanzar su pico en octubre, el índice de confianza del sector bajó 10 puntos en el segundo trimestre del año, según un informe privado; impacto de la devaluación y atraso en los pagos.
El encarecimiento de la financiación; el aumento del costo de las materias primas -vinculado directa o indirectamente a la devaluación y en parte también al incremento en bienes y servicios internos-; el retraso en los pagos de los clientes y la caída de las ventas son las mayores preocupaciones de las pequeñas y medianas empresas (pymes), según un informe que la fundación Observatorio Pyme realiza trimestralmente.
Las perspectivas volvieron a ser magras para las pymes, que se habían ilusionado con la efímera paz cambiaria de julio. El Banco Central tuvo que acudir nuevamente a un alza en la tasa de interés -del 40 al 45%- en medio del nuevo salto del tipo de cambio y el comienzo de otro período de volatilidad financiera, ensombreciendo el panorama del sector.
“En general, las pymes tienen siempre crédito comercial negativo. Las empresas compran al contado y les pagan a 30 o 60 días. Al momento de descontar cheques, mientras la tasa de interés es baja, no hay mucho problema, porque son 60 días en los que hay que estar a descubierto, a un costo de oportunidad bajo, pero si sube, es complicado”, explica Vicente Donato, director ejecutivo de la fundación.
“Con tasas del 50% para la mayoría de las empresas, los bancos piden la mitad de la factura para anticipar el dinero. Es una situación grave. En Europa, por ejemplo, también existe el crédito negativo, pero tiene un descalce de siete días -comprás a 30 días y te pagan a los 37 o 40- y el costo de interés es mucho menor”, agrega.
En cuanto a las caída de las ventas, los números del consumo de bienes durables, que el año pasado se acercaron a cifras récord -tomadores de créditos hipotecarios y patentamiento de autos y motos- comienzan a desacelerarse, mientras que estimaciones privadas prevén una caída del 1,2% en el sector del consumo masivo.
Al momento de analizar expectativas futuras, el índice de confianza empresaria pyme, que realiza trimestralmente la fundación, cayó de 44,9 puntos en abril pasado a 34,1, en la actualidad (se redujo 30% interanual y 25% trimestral). Lo curioso es que solo menos de un año atrás, en octubre de 2017, el índice había llegado a un nivel históricamente alto de 57,9 puntos, mientras que ahora se encuentra en valores similares a los de abril de 2009. “Esto se explica por deterioros en los diversos componentes del indicador, como expectativas futuras y percepción de las condiciones actuales, confianza en la propia empresa, el sector de actividad y la macroeconomía nacional”, explica el informe de Observatorio Pyme.
Por su parte, Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), indicó: “En los últimos dos meses fue deteriorándose cada vez más todo lo que tiene que ver con la caída de las ventas en el sector pyme industrial y los incrementos de los insumos, que están dolarizados. Muchas empresas tenían pagos comprometidos a los que no pudieron hacerles frente. Tal vez si las ventas se hubieran mantenido constantes, las pymes hubieran recurrido al financiamiento porque tiene una rueda hecha, pero el mercado está retraído y las ventas cayeron entre un 20 y 30%”.
Además indicó que la pyme no busca financiamiento en el sistema financiero porque, “con la casi nula rentabilidad, recurrir al banco representa más pérdida”. “Si descuenta el cheque a una tasa muy alta, pierde dinero. Así comienza a profundizarse la rotura en la cadena de pagos. Desde el sector industrial existe una gran mora, que ha crecido en un 5 o 7%, debido a que la pyme no puede levantar los cheques que emite. En estos últimos tiempos se vio un crecimiento importante, no en servicios, pero sí en los sectores manufactureros, alimentario, metalúrgico, plástico, y en los que tienen consumo de energía electrointensiva. La energía es un insumo fundamental y es el eje de toda la economía”, concluyó.
Medidas paliativas
El Gobierno intenta, como puede, paliar la crisis. A comienzos de mes, Leandro Cuccioli, titular de la AFIP, comentó que de las 375.000 empresas registradas en la categoría pyme, 120.000 están en deuda con el fisco. Por lo tanto, el organismo extendió el ciclo de cobranza de impuestos de 29 a 60 días, y ofrece nuevos planes de pago de hasta 48 cuotas con tasas similares a las del Banco Nación; una medida que fue agradecida por Miguel Acevedo, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA).
Asimismo, el Gobierno anunció la semana pasada la creación de un fondo para que las compañías de seguros inviertan en instrumentos que ayuden a la financiación de las pymes, y que se suma a un paquete de medidas paliativas como la posibilidad de descontar cheques en bancos públicos a una tasa subsidiada del 29% y de presentar cheques avalados por SGR a través del mercado de capitales.