El 40% de las mujeres entre 35 a 50 años poseen mamas densas, un signo radiológico que aporta la mamografía y que indica mayor cantidad de tejido glandular.
Si bien los especialistas la consideran una condición anatómica normal, ciertas evidencias médicas indican que pueden ser un marcador de riesgo de cáncer mamario.
En concreto, la “mama densa” significa tener mayor cantidad de tejido glandular, lugar por excelencia donde un cáncer puede desarrollarse. Por ese motivo es considerado un factor de riesgo biológico y de trato epidemiológico a tener en cuenta.
Por otra parte, la mayor cantidad de tejido es un obstáculo en la detección de un cáncer a tiempo, porque retarda un diagnóstico adecuado y un tratamiento oportuno. De hecho, la mama densa es un potencial falso negativo con una incidencia del 33% en esta población.
¿Qué se hace ante frente a esta condición? Expertos recomiendan y realizan, en un primer estudio mamográfico, una palpación cuidadosa de los senos. Si el médico lo considera, se hará un estudio 3D ó Tomosíntesis digital y/o ecográfico mamario, es decir, con transductor sólo usado para la mama.
Además, se deberá tener en cuenta esta condición en todos los controles y si existieran indicios médico clínicos, se indicará una resonancia mamaria, con protocolo para mama, y en condiciones de mayor necesidad diagnóstica, una punción histológica del hallazgo.
“Sugerimos tener siempre la mejor tecnología y adelantos en diagnóstico, sobre todo, en casos donde la condición anatómica de la mujer sea crítica, ya que hay posibilidades que si no se hace así se puede pasar de alto tumores, con riesgos elevados”, aseguró el doctor Ricardo Rojas, especialista en diagnóstico mamario de Diagnóstico Rojas.