Una joven de 15 años está abrazada a su novio un año mayor. Están dormidos en una habitación de terapia intensiva, en un hospital de Irlanda. La foto inmortaliza la despedida, el último tiempo que pasaron juntos. A Stephanie la venció el dolor y se quedó dormida en la camilla del hospital donde yacía él. Blake estaba inconsciente y, minutos después, los médicos lo desconectaron del respirador artificial.
La imagen llena de drama y ternura dio la vuelta al mundo. La historia detrás de esa foto demuestra que todo puede cambiar en un segundo. Blake había ido a nadar con tres amigos a una playa en Gales, una semana antes de que se tomara esa imagen. Una ola lo arrastró y se golpeó fuerte contra una roca. Los rescatistas lo encontraron inconsciente y lo llevaron al hospital donde luchó por sobrevivir, pero los daños cerebrales eran irreparables.
Ni bien se enteró de la noticia, Stephanie pidió estar unos minutos con su novio a solas. Se acostó a su lado, lo tomó del brazo y se quedó dormida por un largo rato. Horas después, Blake fue desconectado.
“Hoy ha sido el día más difícil para mí y será un día que nunca podré olvidar”, escribió en las redes sociales. En el mensaje, explicó que el joven murió sin dolor y rodeado de sus seres queridos. “Nos dijeron que Blake nunca se recuperaría. Su cerebro estaba dañado y los padres tomaron la difícil decisión de apagar su máquina y dejarlo ir”, relató.
La foto, que la joven compartió en sus redes sociales hace unos días, tiene miles de reacciones y comentarios en los que se solidarizan con ella y le mandan fuerzas.