Se trata de una lucha que llevó 7 años y terminó con un fallo en el que el juez recomienza que al chico se le explique cómo fue gestado en cuanto su madurez lo permita.
Una mujer que no podía quedar embarazada consiguió a que una amiga geste por ella a través de técnicas de fertilización asistida y que cuando nazca el bebé, se le permita inscribirlo como su hijo.
La mujer se había sometido a un tratamiento de fertilización asistida en 2011 y descubrió que padecía una patología en el útero que terminó con la histerectomía total. Entonces una amiga ofreció su útero para gestar al bebé y avanzaron en el pedido judicial.
En su resolución, el juez Luis Belitzky recomienda a quien será la mamá, que ponga en conocimiento del niño su realidad biológica y cómo fue gestado, “en la medida que la capacidad y grado de madurez de aquel lo vaya permitiendo”.
A principios de mes, el magistrado permitió que inicien un tratamiento de fertilización asistida con donantes anónimos y explicó que esto es posible toda vez que la gestante “no tiene nexo biológico y tampoco existe en ella una voluntad procreacional, su voluntad es llevar adelante el embarazo de quien a la postre será hijo de la Sra. A.”.
El trámite fue autorizado por el juez de Primera Nominación de Familia de la ciudad de Córdoba, quien declaró inconstitucional para este caso concreto el artículo 562 del Código Civil y Comercial, de acuerdo con el cual una persona nacida a través una técnica de reproducción asistida es hija de quien la dio a luz.
En este caso, al suspender la constitucionalidad de ese artículo, la Justicia homologó el acuerdo para que la mujer que solicitó la práctica inscriba en el Registro Civil como propio al hijo que se gestará en el vientre de la otra, a quien la une un vínculo de amistad, y que accedió a prestar su útero de manera altruista.