Trabajaba con una pistola en la cintura y un custodio con una escopeta a su lado. Fue víctima de un hecho que casi le cuesta la vida.
El dueño de una distribuidora de bebidas de la ciudad tucumana de Yerba Buena atendía su comercio con una pistola en la cintura y con un custodio al lado portando una escopeta de grueso calibre. La peligrosa decisión la tomó tras un robo en el que recibió trece disparos.
“Me dicen que ya no puedo ocupar armas para protegerme y que ellos se van a hacer cargo de la seguridad”, dijo Rodolfo Monetti. En declaraciones a La Gaceta de Tucumán agregó que también tenía una pistola en su escritorio.
Monetti comenzó a atender armado su local luego de que en 2013 sufiera un robo en el que le dieron 13 tiros en la pierna izquierda y debieron reconstruírsela.
Por su parte, tras conocerse el caso en los medios de la provincia, la Policía de Tucumán le solicitó a Monetti que no descarte las armas de fuego en su negocio y prometieron brindarle protección. Efectivos llegaron a su local e intentaron secuestrarle el armamento, pero el hombre les presentó los papeles y verificaron que todo estaba en regla.
El local cuenta con una consigna policial en la puerta. No sé cuánto tiempo me va a durar la custodia sin que me pase nada”, sentenció.