Tal como se hace con otras células del cuerpo, como los óvulos, lo nuevo en estética es criopreservar los propios tejidos. La terapia de fibroblastos autólogos es lo último en técnicas regenerativas y promete ayudar de manera fabulosa a recuperar colágeno, elastina y el propio ácido hialurónico.
Para combatir la falta de firmeza, las manchas o las arrugas existe un novedoso tratamiento que regenera la piel de un modo natural: usando nuestras propias células en beneficio de la belleza. Se trata de la nueva terapia de fibroblastos autólogos, lo último en estética regenerativa. Esta técnica se realiza tomando una muestra de células, se las cultiva, y luego se las aplica en la piel donde sea necesario. Esta dosis ayuda a regenerar el propio colágeno, el ácido hialurónico y la elastina, los tres aliados de la juventud.
¿Resultados? elimina arrugas, marcas de acné, manchas y rejuvenece la piel a largo plazo, ya que el cultivo de células se conserva para utilizar en próximas aplicaciones.
Firmeza en decadencia
¿Por qué perdemos firmeza aunque nos cuidemos? La respuesta es muy sencilla: los componentes que le dan turgencia y frescura comienzan a disminuir con el paso de los años.
Estas sustancias, que le dan sostén a la piel, “el mayor órgano del cuerpo humano”, comienzan a disminuir no sólo en número sino también en funcionamiento. Las células encargadas de su producción son los fibroblastos. Estas células, con forma de cohetes o estrellas, están en la capa media de la piel, en la dermis, y son las responsables de la fabricación de estas tres sustancias (colágeno, ácido hialurónico y elastina) , responsables de la flexibilidad a la piel y que tienen un rol muy importante en la reparación de las lesiones cutáneas. Por eso, el cultivo de fibroblastos es la gran novedad antienvejecimiento.
Secreto del éxito
La doctora Daniela Sánchez, (MN 142323), Directora Médica de Bioesthetics Health & Beauty Club, explica cómo se realiza este procedimiento.
El cultivo de fibroblastos autólogos se inicia con la toma de una pequeña muestra de piel retroauricular, similar a una biopsia cutánea. Se hace con anestesia, por lo tanto, no duele. No se necesita ninguna preparación, excepto no tomar aspirinas ni anticoagulantes tres días antes.
La muestra de piel se envía en tubos estériles con solución fisiológica dentro de las 24 horas de la toma de la muestra a un laboratorio especializado en el cultivo de los fibroblastos. Allí éstos se separan del resto de la piel y se dejan en un medio de cultivo adecuado por al menos 5 semanas. En esta etapa se reproducen y activan llegando a obtener hasta 20 millones de células por muestra.
Una vez que se han producido las células nuevas éstas se aplican en la dermis con agujas muy finitas, con la técnica de mesoterapia profunda.
Es decir, que con esta nueva técnica se consigue aislar fibroblastos del propio paciente, reproducirlos en un medio de cultivo y volver a introducirlos en la zona a tratar en un número muy grande, devolviendo a la piel la capacidad de regenerarse a sí misma en forma natural. Con una advertencia, no se puede realizar en pacientes embarazadas, con antecedentes de tumores de piel ni en enfermedades del colágeno.
Resultados notables
Con la aplicación de esta técnica se obtiene nuevo tejido de sostén, se eliminan arrugas, secuelas de acné, de quemaduras y se renueva la piel. Los fibroblastos no tienen efecto “relleno”. Se aplican en el fondo de la cicatriz o la arruga para que produzcan colágeno, elastina y hialurónico nuevo y las remodelen naturalmente o regeneren la zona. Este proceso tarda de semanas a meses ya que son células que tienen que ponerse a trabajar, a regenerar y reparar.
El efecto final depende de la calidad y edad de los fibroblastos implantados, lo que a su vez se relaciona con la edad en la que fue tomada la muestra. Por eso es importante tomarla cuanto antes y criopreservarla para futuras aplicaciones. Algo semejante a lo que se hace con la criopreservación de otras células como óvulos.
Criopreservación: la gran aliada
Gracias a los avances en materia de criopreservación, la muestra puede ser reservada y utilizada en futuras aplicaciones para no tener que repetir el proceso de toma. Existen bancos con características únicas para la guarda de las células, en caso de que se desee volver a realizar el procedimiento. Dicho sistema, congela las células a una temperatura extremadamente baja, asegurando el correcto mantenimiento del material genético “para siempre”, de modo tal que cuando se utilicen en el futuro, actúen con la potencia correspondiente a la edad en la que fueron obtenidas.
“Como resultado obtenemos una piel más tonificada, activa, con brillo, tensa y lozana. Con mayor capacidad de respuesta a las heridas y a daños externos. Así como también con mayor capacidad de respuesta hacia todos los tratamientos estéticos que luego se realicen”, subraya la doctora Daniela Sánchez.