“Te dejo viva para que lo cuentes”, le dijo Emiliano Avejera a la novia del joven que acababa de ejecutar en el cruce de las rutas 14 y la A-012, a unos 300 metros de la cárcel de Piñero, a 20 kilómetros de Rosario. Eso fue el 5 de febrero pasado. La víctima era Jonathan Funes, y su muerte lo llevó a Avejera a huir: desde entonces no solo lo buscaba la policía sino también la banda que lideraban Alan y Lautaro Funes, hermanos del fallecido.
Jija, como le dicen a este barrabrava de Newell’s que era sicario de la banda de Los Monos, fue detenido en Córdoba, donde uno de sus socios tenía inversiones de dinero generado con el narcotráfico.
En las próximas horas Avejera será sometido a una audiencia imputativa en Rosario, acusado de ser el autor material del crimen de Funes, que se produjo en medio de la guerra narco que enfrentó, a principios de este año, al clan Funes con el de los Caminos. Jija planeó la emboscada con dos cómplices, Enrique Solís y Damián Chávez, este último, un sicario colombiano de la barra de Newell’s. Ambos ya fueron detenidos por la policía.
El testimonio de Brisa Amaral, la novia de Funes, que lo acompañaba en el Audi A3 en el momento de la emboscada, fue clave para dilucidar quiénes habían sido los autores de la ejecución. Brisa, según declaró, vio todo por el espejo retrovisor.
Aquel 5 de febrero, Brisa y “Bam Bam” habían ido a la cárcel de Piñero a visitar, fuera del horario convencional, a Lautaro y a Alan, que estaban en un sector de aislamiento. Según fuentes de la investigación, ese lunes nadie sabía que Jonathan iba a reunirse con sus hermanos. Brisa y “Bam Bam” estuvieron media hora. A la salida, a unos 300 metros del penal, una Ford EcoSport los encerró.
Según el relato de Brisa, el colombiano Chávez sacó medio cuerpo por la ventanilla y comenzó a disparar contra el Audi. Dos disparos dieron en la zona del motor. La chica contó que Funes le dio un abrazo y sacó su arma. Y comenzó a correr. Avejera se bajó de la camioneta y a unos 15 metros de distancia disparó varias veces contra Jonathan, que terminó muerto en medio de la ruta.
Jija fue hasta el auto donde estaba Brisa y le dijo, según consta en el expediente: “Puta, quédate arriba que te voy a matar. Te dejo viva para que lo denuncies». Y se fue.
Tras ese crimen, Avejera delegó en dos alfiles de Los Monos y de los Caminos la conducción de la barra de Newell’s y desapareció de Rosario. Mientras, Brisa pasó a manejar la banda de los Funes, ya que los principales miembros del clan estaban muertos o presos. Luego fue detenida y procesada por narcotráfico, el 23 de mayo pasado.
Jija había heredado la barra luego de la detención de Rubén Segovia, alias Tubi, que fue asesinado en abril pasado en la cárcel de Coronda. Tubi, otro sicario de los Cantero, tenía fuertes inversiones en Córdoba, donde -según los investigadores del Ministerio de Seguridad de Santa Fe- manejaba dos complejos de cabañas en Mina Clavero y a través de un empresario del fútbol había adquirido porcentajes de jugadores de Talleres de Córdoba.
Jija fue detenido en esa provincia, donde su ex socio tenía parte del dinero invertido del narcotráfico. “A Tubi Los Monos le pagaban con búnkeres de droga que después pasaba a manejar y era muy hábil con el dinero. Se identificaron inversiones por más de 60.000.000 de pesos en Córdoba”, dijeron fuentes de la investigación.