Bajo un calor agobiante, el serbio se impuso por 6-3, 6-4 y 6-4 ante John Millman, que había eliminado a Roger Federer en octavos. Enfrentará a Kei Nishikori por un pase a la definición.
Se completo el póquer de candidatos al título en el US Open. El último en firmar su acceso a semifinales fue Novak Djokovic, que derrotó este miércoles a la noche al australiano John Millman por 6-3, 6-4 y 6-4, en un partido en el que se sobrepuso a sus propias inconstancias y a las temperaturas extremas.
De esta manera, el ex número uno del planeta se clasificó a la antesala de la definición. Su próximo rival será el japonés Kei Nishikori (19), que un rato antes había doblegado al croata Marin Cilic (7) por 2-6, 6-4, 7-6 (7-5), 4-6 y 6-4. El otro enfrentamiento lo protagonizarán Juan Martín del Potro (3) y Rafael Nadal (1).
De un lado y del otro de la red, los adversarios se ven unidos en esta edición del US Open por un rival común: el calor. El tenis transcurrió este miércoles con alertas por temperaturas de entre 37 y 39 grados. Ese número apenas bajó durante la noche, cuando el serbio y el australiano dirimieron el último pase a semifinales. Y fue un condicionante.
En un ambiente agobiante, Djokovic encontró una ventaja inicial en el segundo game. La ratificó en el juego siguiente para el 3-0, pero el trámite no tardó en emparejarse. Con el set 5-3, debió defender esa mínima diferencia cuando Millman se colocó 0-30 e incluso se ubicó a un punto del quiebre. Entre los errores de su rival y sus propios golpes punzantes, Nole logró enderezar el rumbo para llevarse un primer parcial muy parejo.
El resultado, sin embargo, no pudo ocultar las fallas de Nole, al que se vio molesto y afectado físicamente por el clima. El número 6 del ranking intentaba llevar el mando desde el fondo de la cancha y sufría cada vez que salía de esa zona de confort.
Con extensos peloteos, ambos sufrieron las condiciones extremas. Djokovic lo evidenciaba en su cara y en cada mueca de frustración después de sus fallas en la red; Millman también lo demostraba con su transpiración, que regaba peligrosamente el cemento. Por eso, el juez le concedió permiso al australiano para que, con el 2-2 en el marcador, fuera al vestuario a cambiarse la indumentaria.
El serbio aprovechó el parate: se zambulló en su silla, se sacó la remera y se colocó hielo en los hombros. Empezó a revisar su bolso, en busca de un elemento que no encontraba. Sembró el desconcierto y le puso una nota cómica a una situación que hasta entonces había rozado el drama deportivo. Le lanzó un pedido, casi una súplica, a su equipo en la tribuna. Pasados unos minutos, con Millman de regreso en la cancha, su esposa y sus asistentes le facilitaron la botella que necesitaba.
“Estaba pasándolo mal, él también, sudando mucho. Solo intentábamos encontrar formas de ganar el partido”, dijo Djokovic sobre ese episodio, una vez terminado el encuentro.
Pero entonces todavía quedaba acción. Y se desarrolló tal como había sucedido antes de la breve pausa: con mucha paridad. El aire llegó para el serbio tras un largo noveno game, de casi siete minutos, en el que Millman cometió una doble falta y le dio el 5-4 a Djokovic. Le quedó pisar fuerte en el juego siguiente y, con una subida a la red que esta vez sí resultó efectiva, le puso el moño al segundo set por 6-4.
El envión le sirvió al europeo para quebrar el servicio de su rival en el tercer game del último set. Pero no le facilitó el partido. Porque sufrió otra caída pasajera en su rendimiento y permitió que Millman recuperara el break.
El noveno juego fue una muestra de las intermitencias del encuentro. Nole se puso rápidamente 0-40, al borde del quiebre. Y Millman pareció frustrar otro de los intentos del serbio, al arrimarse 30-40. Sin embargo, su drive se estrelló en la red y el partido, por fin, se encaminó para Djokovic.
El serbio despejó todas las dudas en el game final. Dejó en cero a su rival y cerró el triunfo con una volea en la red. Así le puso final a la gran actuación de Millman, de 29 años y ubicado en el 55° puesto del ranking ATP, que sorprendió a todos al eliminar en los octavos de final a un errático Roger Federer, por 3-6, 7-5, 7-6 (7) y 7-6 (3).
Ya están los cuatro candidatos. Fueron “apenas” 2 horas y 48 minutos de trabajo, lejos de las 4 horas de Nishikori, las 3 y media de Del Potro ante Isner y las casi 5 de Nadal frente a Thiem. Aunque llegó en sets corridos, Djokovic también sufrió el calor. Pero pasó. El US Open ya tiene su cuarto sobreviviente.
