Tres personas mueren de cáncer asociado a la misma donante en un caso poco frecuente detectado en Holanda. España ha registrado seis muertes por casos similares desde 1996.
Médicos de Holanda y Alemania han publicado un caso poco frecuente de transmisión del cáncer a través de trasplantes de órganos. Cuatro pacientes sufrieron cáncer de mama con metástasis y tres de ellos murieron tras recibir trasplantes de la misma donante, en la que no se habían encontrado indicios de la enfermedad.
En 2007, una mujer de 53 años falleció por un infarto cerebral. Los controles médicos rutinarios tras su fallecimiento no detectaron ningún marcador tumoral en la paciente. Sus riñones, pulmones, hígado y corazón fueron trasplantados a otros pacientes.
Pasados 16 meses, la mujer de 42 años que había recibido los dos pulmones sufrió un tumor de mama con metástasis en otros órganos. Varios análisis de ADN mostraban que las células tumorales provenían de la donante. La organización Eurotrasplant alertó del caso en enero de 2010.
Desde entonces, otros dos pacientes fallecieron por cáncer, primero la receptora del riñón izquierdo, en 2013, y después la receptora del hígado, en 2014. Esta paciente fue alertada de la presencia del tumor en 2011 pero rechazó que le extrajesen el órgano.
Estos casos no implican un fallo del sistema de trasplantes ni de los controles médicos, destacan tanto los autores del estudio como los expertos independientes consultados
El receptor del otro riñón, un hombre de 32 años, fue alertado, se le extrajo el órgano trasplantado y recibió tratamiento contra el cáncer con éxito y sigue vivo. En todos los pacientes se detectaron marcadores de ADN en las células tumorales que coincidían con el perfil genético de la donante. El receptor del corazón de la paciente murió a los cinco meses de la operación por una infección.
“Este es el primer caso de transmisión del cáncer de mama como consecuencia de un trasplante de órganos de una sola paciente afectando a cuatro receptores”, destacan los responsables del trabajo, liderados por Frederike Bemelman, especialista en trasplantes renales del centro médico de la Universidad de Ámsterdam. “Ningún estudio previo había detectado un intervalo tan largo entre el trasplante y la manifestación del tumor”, resalta el trabajo, publicado en la revista de la Sociedad de Trasplantes de EE UU.
La paciente sufría “micrometástasis” en cada uno de los órganos donados que pasaron inadvertidas a los controles médicos, señala el estudio. Las personas que reciben un órgano trasplantado reciben fármacos que suprimen su sistema inmune para evitar rechazos. Este hecho favoreció que las células tumorales se expandiesen con más facilidad y causasen metástasis en los receptores.
Estos casos no implican un fallo del sistema de trasplantes ni de los controles médicos, destacan tanto los autores del estudio como los expertos independientes consultados. Y cambiarlos a la luz de estos datos sería un error, pues si se hacen controles más detallados aumentarían los falsos positivos y se perderían órganos sanos para donación. “En trasplantes nunca hay un riesgo cero y los pacientes siempre son advertidos de ello”, resalta Elisabeth Coll, directora de Servicios Médicos de la Organización Nacional de Trasplantes.