El cerebro humano se “sobresalta” cada vez que ve emojis irónicos en los mensajes, pues su contenido sarcástico genera una “señal de error” que nos impulsa a examinar el sentido de la frase leída, como cuando desciframos ironías ocultas en las palabras.
Lo demuestran las ondas de actividad cerebral registradas en más de cien personas por investigadores de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, que publicaron los resultados de su estudio en la revista científica Plos One.
“Los emojis están por todas partes, las personas los usan muchísimo en los mensajes de texto y en la web para acompañar el lenguaje normal”, explicó el investigador Benjamin Weissman.
“Sin embargo hasta ahora ningún lingüista o psicólogo los estudió con métodos experimentales como los que tenemos a disposición, por ejemplo registrando en tiempo real la actividad eléctrica generada en el cerebro“, agregó.
Los científicos estudiaron a 106 voluntarios, a los que se les pidió leer y descifrar la misma frase, “Su torta estaba terrible”, acompañada por tres emojis diferentes: una carita irónica que guiña el ojo, una sonriente y una malhumorada.
Las ondas cerebrales registradas demuestran que el emoji sarcástico genera una suerte de “señal de error”, llamada P600, que normalmente se observa cuando nos encontramos con algo linguistícamente inesperado, por ejemplo un error gramatical, o bien cuando detectamos una frase irónica.
El sobresalto del cerebro resulta más evidente cuando más la persona se dispone a reinterpretar el sentido de la frase a la luz de los emojis.
“No llegaríamos a decir que los emojis son palabras, pero pueden ser usados lingüísticamente, y lo que nos muestra este estudio es que para cosas como el sarcasmo nuestro cerebro puede usar las informaciones vehiculizadas por el emoji de modo casi inmediato, como sucede con el lenguaje”, agregó Weissman.
“Esto nos ayuda a ampliar nuestra visión de la comunicación. Puede estar hecha de palabras, palabras e imágenes, palabras y gestos y también… palabras y emojis”, concluyó Darren Tanner otro de los responsables de la investigación.