Fue 2-0 en el José Fierro, por la ida de los cuartos de final. La revancha será el 2 de octubre en Brasil.
El sueño de Atlético Tucumán en la Copa Libertadores tuvo una dura parada ante el campeón defensor. En el estadio del Decano, el equipo de Ricardo Zielinski chocó contra el Gremio, que se impuso por 2-0 en la ida de los cuartos de final. La revancha será el 2 de octubre y el ganador irá en semis con el que salga victorioso del choque entre River e Independiente.
Sabía Atlético Tucumán que enfrente tenía al rival más peligroso que le podía tocar en esta etapa. Y que a veces con la actitud no alcanza. En un José Fierro totalmente colmado, el Decano, de a ratos, estuvo lejos de mostrar ese nivel futbolístico que enamoró a toda América, y con la que logró cosechar más de una hazaña en esta Copa Libertadores. Porque Gremio, el campeón defensor, le dejó en claro al equipo de Ricardo Zielinski que en esta instancia, los cuartos de final, el sueño, a veces, puede convertirse en una pesadilla.
Porque el equipo brasileño mostró su fútbol con toques, sacó su chapa de campeón, metió dos goles y dejó a Atlético al borde del nocaut en el certamen internacional. Es cierto, el Decano sí la luchó, y hasta murió de pie en estos primeros 90 minutos. Porque, pese al enorme sacrificio que hizo durante el partido, no pudo encontrar ese triunfo que tanto necesitaba (y deseaba) para seguir prendido en la ilusión de llegar de la mejor manera a Porto Alegre para el cotejo de vuelta.
Está claro: el aplauso generalizado del final por parte de los hinchas también resume lo hecho en la cancha por Atlético. Lo mejor se vio en el primer tiempo, ahorcando a Gremio y obligándolo a revolear la pelota a cualquier lado. Presionó el Decano; lo incomodó, pero jamás lo lastimó. Tuvo cuatro chances claras, pero Nada. Y después empezó a regalarle centímetros vitales en la pizarra. Y eso, al fin y al cabo, le costó la victoria.
En los primeros 20 minutos, Atlético puso prácticamente contra las cuerdas al visitante; había salido decidido a llevarse a su rival por delante, manejando la pelota y haciendo circular la pelota al ras del piso; sin pelotazos. Sin embargo, tuvo un gran problema el equipo de Zielinski: falló siempre en la puntada final. Extrañó demasiado a su goleador, el Pulga Rodríguez, quien tampoco tuvo un acompañante.
Así, con el correr del partido, Gremio despertó, igualó a su rival en juego y luego se hizo protagonista. Fue así que de una contra, Alisson le puso una pelota arriba a Lucchetti y el 1 a 0. Para colmo, Atlético se quedó con 10 jugadores sobre el final de la primera mitad debido a la roja directa a Gervasio Núñez (fue la primera vez que se usó el VAR en Tucumán).
El complemento no falló; el partido siguió igual, con gran intensidad, pero siendo siempre Gremio mejor. Y fue así que encontró el segundo gol, a través de Everton El pitazo final dejó con un sabor amargo para los tucumanos. Porque pudo haber aprovechado la localía, pero la buena tarea de Gremio tampoco dejó que eso pasara. Un “empecemos de nuevo” será para Atlético en Brasil. La historia todavía no está terminada.