Claves y conceptos para preparar el espacio, sustrato y organizar los materiales necesarios para construir la huerta agroecológica en esta primavera
En septiembre y para planificar la huerta correspondiente a la época, debemos sembrar las semillas de la temporada primavera/verano. Para lograr este objetivo, se recomienda considerar algunas cuestiones que logramos sistematizar en ocho claves.
ESPACIO, LUZ y AGUA. Lo primero es observar los espacios que disponemos y en los cuales queremos preparar nuestra huerta. Para optimizar el crecimiento de las plantas, es importante contar con al menos unas cinco horas de luz directa. Si conocemos el espacio, vamos a saber cómo inciden los rayos del sol cuando nos acercamos al verano. Es importante observar cómo se modifica su trayectoria durante esta época, para aprovechar al máximo las horas de sol, así evitamos las sombras que generan construcciones, plantas o árboles de alrededor.
Es fundamental tener una fuente de agua cercana. Muchas veces damos poca relevancia a esto, pero a la hora del riego (en especial durante la temporada primavera-verano) es primordial tener una adecuada disponibilidad de agua. Si el espacio es pequeño (balcones o terrazas) podremos aprovecharlo y realizar asociaciones entre las plantas. Asimismo, si disponemos de suelo, es importante delimitarlo con cercos para evitar el ingreso de animales.
ELECCIÓN DE SUSTRATO. Si la huerta va a estar en macetas, debemos preparar un sustrato que tenga una mezcla de tierra y abono orgánico. Se puede comprar en bolsas separadas y preparar una mezcla de 20% tierra negra, 60% de abono orgánico y 20% de perlita, que permite retener la humedad del riego y además aliviana el sustrato que vamos a colocar en los balcones. Si nuestra huerta es en suelo directo, al preparar los canteros debemos observar si la misma presenta características de tierra abonada, suelta y permeable para permitir el crecimiento de las plantas.
DISEÑO DE LA HUERTA. Si disponemos de un terreno grande, podemos dividir el mismo en un sector de 10 metros por 10 metros y este espacio, a su vez, en dos sectores. Un sector vamos a destinarlo a las plantas de raíz, bulbo y hoja: es lo que denominamos huerta intensiva. En el otro sector sembraremos las plantas que no necesitan tanto cuidado y son más grandes: este será el sector denominado chacra (zapallo, maíz, porotos). Para preparar los canteros, primero hay que delimitarlos utilizando para ello hilo y estacas (se aconseja un ancho máximo de 1,20 m. y pasillos de 40 cm. entre canteros). La primera acción es quitar las plantas no deseadas y hacer zanjas de 30 cm. de profundidad, con cuidado de no dar vuelta el pan de tierra.
Si no disponemos de un terreno, podemos sembrar en cajones, macetas o recipientes reciclados (y limpios) que dispongan de una profundidad de, al menos, 30 cm. Para un manejo agroecológico, es aconsejable realizar un cerco vivo de plantas aromáticas, el cual estará alrededor de la huerta brindando una importante variedad de plantas aromáticas comestibles y florales que aportan biodiversidad y colaboren en el control biológico de nuestra huerta.).
SIEMBRA. Para saber qué semillas debemos sembrar, qué espacio necesita y qué tiempo requieren para la germinación, lo adecuado es consultar un calendario de siembra (al final de esta nota adjuntamos el link para descargar uno). Para la temporada primavera-verano, observaremos el calendario de siembra de las plantas para esta en particular y el de las plantas que se siembran durante todo el año. Ejemplo de plantas para sembrar en esta temporada son:
-Plantas de hoja: Albahaca, Acelga, Apio, Lechuga, Rúcula.
-Plantas de raíz: Rabanito, Remolacha, Zanahoria.
-Plantas de fruto: Berenjena, Pimiento, Tomate, Porotos, Calabaza, Zapallo, Maíz.
Muchas de estas plantas poseen semillas pequeñas, por lo que se recomienda sembrar en almácigos y no de manera directa en el suelo. Toda esta información también la podemos encontrar en los calendarios de siembra.
PRÁCTICAS CULTURALES DE LA HUERTA. Para un manejo adecuado de las plantas de la huerta debemos realizar, en cada temporada, la planificación de la siembra considerando las especies que se pueden asociar para su beneficio y las rotaciones adecuadas luego de la finalización de la temporada. Cada planta obtiene nutrientes de forma diferente, por esto es adecuado rotar las especies entre temporadas. Por ejemplo: si en la temporada otoño-invierno sembramos habas, para la próxima temporada en ese espacio es conveniente sembrar tomates. Las leguminosas (habas) aportan nitrógeno al suelo, por lo que las tomateras reciben un suelo enriquecido en primavera-verano.
Un ejemplo de asociación benéfica es la siembra de plantas de tomates y plantas de albahacas juntas, de esta manera podemos controlar el ataque de insectos (vaquitas, moscas y mosquitas del tomate). El riego en la temporada primavera-verano debe ser abundante y lejos de las horas de radiación alta, para evitar la evaporación del mismo. En esta temporada también es conveniente cubrir el suelo con mantillo (pasto seco, paja) para favorecer el mantenimiento de la humedad del suelo y para evitar la aparición de plantas que puedan quitar luz, nutrientes y espacio a las plantas de la huerta.
CONTROL DE PLAGAS. Si hemos realizado adecuadamente todos los pasos previos, seguramente este punto no será un gran problema en la huerta. La sanidad de la huerta estará fortalecida con un adecuado sustrato, una correcta asociación entre especies, el riego diario, las horas de sol óptimas y la presencia de una alta diversidad de plantas aromáticas y florales para repeler insectos dañinos y atraer insectos benéficos. Por ejemplo, las plantas de menta servirán para alejar mariposas blancas de los repollos, y las caléndulas y copetes atraen pulgones evitando que ataquen a otras plantas (además de atraer a diversos polinizadores por sus flores). Si por algún motivo, observamos la presencia de una plaga, podemos recurrir a diversos remedios caseros que podemos realizar nosotros mismos con las plantas de la huerta. Por ejemplo, para repeler pulgones podemos realizar un macerado de ruda: recolectar un puñado de ruda y luego de dejarlo macerar en un litro de agua durante unos días, obtenemos este preparado para regar las plantas afectadas.
AUTOPRODUCCIÓN DE SEMILLAS. Con la variedad y diversidad que podemos tener en la huerta, fácilmente las plantas nos brindarán las semillas que podemos conservar para la próxima temporada. Para esto podemos elegir de cada especie una planta para que nos brinde semillas, a la cual no cosecharemos y dejaremos que termine su ciclo hojas-flores-semillas. Las semillas debemos rotularlas con el nombre, la fecha que las recolectamos y el lugar de dónde se obtuvieron en un sobre de madera o frasco en lugar seco y oscuro.
COMPOST. Todos los restos de poda y plantas de la temporada anterior deben ir en la compostera. Es muy fácil de construir, se puede realizar con materiales reciclados y nos permite obtener abono orgánico para la próxima temporada, y además, no desperdiciar ningún residuo de la huerta para conformar un ciclo perfecto.
La huerta familiar propone un espacio para el aprendizaje, el trabajo colectivo y la producción de alimentos naturales y de calidad para todo el grupo que participa. Mediante estas prácticas fomentamos la agricultura agroecológica brindando herramientas para construir una mejor calidad de vida para toda la gente.