Así lo estima un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda que apuntó a la canasta alimentaria, la escalada del dólar y los servicios, entre otros.
De acuerdo con un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), este año podría tener una inflación de 47%, la mayor desde 1991. De acuerdo con lo que indicó el estudio, el alza del costo de vida está “lejos de ralentizarse” y presenta “aspectos del proceso hacen pensar en una profundización para los próximos meses”.
Para la UNDAV, los artículos de la canasta alimentaria más afectados durante los primeros ocho meses del año son la harina (118,4%), los huevos (57,8%), el pan francés (42,1%), el aceite de girasol (41,1%), los fideos secos (40,6%) y la yerba mate (35%).
En ese sentido, el informe indica que “la política oficial de desinflación, sigue sin lograr resultados consistentes” y agrega que “cada vez más cerca de la consolidación del tercer año desde el cambio de régimen económico, la dispersión de precios se posiciona en niveles superiores a los del año 2015”.
También advierte que “en la coyuntura más próxima inciden subas en tarifas de transporte, luz y prepagas, además del futuro incremento de gas para el mes de octubre. El impacto de los aumentos de servicios sobre el IPC determina un piso alto de inflación mensual”.
Por otro lado, el Observatorio de Políticas Públicas de la casa de estudios indicó que a nivel regional “Venezuela, con una hiperinflación galopante, encabeza el ranking (34.680%) y Argentina, que ya acumula más de 24% en lo que va del año, está segunda, lejos de sus seguidores: Uruguay lleva 7,2% y el resto de los países acumulan inflaciones por debajo de 3%”.
“Ocurre que, producto del aumento del dólar de 7,9% en la primera quincena de septiembre (116% en el año), se reproduce la significativa suba en el precio de insumos difundidos para el entramado productivo”, explicaron.