Una lancha en reparación, un avión hidrante que no hizo ninguna descarga de agua, ninguna multa ni sanción hasta el momento ni tampoco información certera sobre quienes son los dueños de los campos que, de manera ilegal en todos los casos, llevan adelante las quemas de pastizales en la zona de islas frente a Rosario que pertenece a Entre Ríos.
Ese es el panorama real de las herramientas con las que cuenta el Estado entrerriano para solucionar el recurrente problema de los focos de incendios de pastizales en el Humedal, una situación crónica que este año se ve agravada por una bajante persistente y pasto muy seco producto de las heladas que trajo un invierno frío y prolongado.
Aunque es obligatorio pedir autorización antes de quemar, hasta esta semana un solo productor había hecho el trámite ante la Delegación de Islas de Victoria y sus campos están a 60 kilómetros del cauce principal del Paraná, por lo que no es responsable de ninguno de los incendios que en los últimos días (antes de la lluvia) se multiplicaron frente a los ojos de los rosarinos.
Todos los focos son ilegales y, al no ser controlados ni estar previstos, ponen en riesgo al ambiente, la seguridad de los automovilistas que utilizan la ruta y la salud respiratoria de los habitantes de esta orilla del río según como sople el viento.