El mandatario pidió el voto de confianza del Legislativo, dominado por fujimoristas, para que apoye un referéndum sobre temas de reforma judicial y política. Si no lo hace, Vizcarra puede convocar a elecciones legislativas en cuatro meses.
Se agudiza el enfrentamiento entre el gobierno del presidente Martín Vizcarra y el Congreso controlado por el fujimorismo. Un choque de poderes que podría llevar al cierre del Parlamento si el Legislativo le niega al Ejecutivo el voto de confianza pedido por Vizcarra. El voto de confianza, que se debatirá mañana, está condicionado a que el Congreso apoye la decisión del presidente de convocar a un referéndum en cuatro temas de reforma judicial y política, que requiere la previa aprobación del Legislativo para llevarse a cabo. Si el Congreso le niega la confianza al Ejecutivo, cae el gabinete ministerial y el presidente Vizcarra queda habilitado, según la Constitución, para cerrar el Congreso y convocar elecciones legislativas en cuatro meses.
Con esta decisión de hacer una cuestión de confianza la realización del referéndum, Vizcarra ha arrinconado al fujimorismo, que ha quedado en la disyuntiva de apoyar una consulta popular que no quiere o abrirle al gobierno las puertas para que cierre el Congreso que controlan. Ayer dio señales de encaminarse a optar por lo primero, pero sus voceros cuestionaron las facultades del presidente para pedir el voto de confianza por este tema. Al momento del envío de este despacho, Vzcarra iniciaba en Palacio de Gobierno una reunión con los voceros de todas las bancadas parlamentarias, incluido el fujimorismo.
El Ejecutivo pretende realizar esta consulta ciudadana en diciembre, con la segunda vuelta de las elecciones para gobernadores regionales y alcaldes, para lo cual el Congreso debe aprobar las leyes en los cuatro temas que deben ser sometidos a referéndum a más tardar en la primera semana de octubre. Hasta ahora, más de un mes después de presentadas las cuatro propuestas al Legislativo, no se ha aprobado ninguna de ellas. Enfrentado a un debate empantanado que amenazaba hacer naufragar su propuesta de referéndum, convertido en la principal bandera de su gobierno, y que le ha permitido elevar su aprobación en más de quince puntos, siendo ésta ahora de 44 por ciento, Vizcarra decidió pasar a la ofensiva y tomar la iniciativa para destrabar las cosas, y en un mensaje al país dado el domingo en la noche anunció la cuestión de confianza. Su iniciativa tuvo efecto inmediato.
El fujimorismo acusó el golpe. Ayer, con la amenaza del cierre del Congreso que dominan sobre sus cabezas, la mayoría fujimorista retrocedió y destrabó en comisiones el debate de la reforma judicial y se aprobó un dictamen que hoy se deberá debatir y votar en el pleno. Inmediatamente después, en una sesión maratónica, se comenzó a discutir en comisiones el retorno a un Congreso bicameral, una de las tres reformas políticas propuestas por el Presidente para que vayan a referéndum. Con la amenaza del cierre del Congreso, en un día se avanzó más que en mes y medio. Si eso se conforma hoy, no habría cierre del Parlamento y sí referéndum para fin de año retrocedió.
El pasado 28 de julio, en su mensaje anual al país, el presidente Vizcarra anunció la convocatoria a referéndum para cambiar la Constitución y reformar la conformación y forma de elección de los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), el poderoso organismo encargado de nombrar y destituir a jueces y fiscales, y para hacer tres reformas políticas: prohibir la reelección de congresistas, volver al Parlamento bicameral que la dictadura de Alberto Fujimori anuló para sustituirlo con el actual Congreso unicameral, y controlar el financiamiento de partidos políticos y campañas electorales. Propuestas que disgustaron al fujimorismo.
El anuncio presidencial fue hecho en medio de una grave crisis judicial y política por la revelación de escuchas telefónicas que evidencian la corrupción en el sistema de justicia y las vinculaciones de personajes ligados al fujimorismo en el aparato de corrupción judicial puesto al descubierto. Con la reforma del CNM propuesta se espera cortar la demostrada corrupción en este organismo y la influencia del fujimorismo, y también del ex presidente Alan García, investigado por corrupción al igual que Keiko Fujimori, como quedó evidenciado en los llamados “audios de la corrupción” revelados por la prensa. En el Congreso, el fujimorismo, investigado por supuesto financiamiento ilegal de sus campañas electorales, había evitado la aprobación de leyes para controlar y sancionar el ingreso de dinero a las campañas. Según las encuestas, cerca del 70 por ciento de la población respalda las propuestas que Vizcarra quiere someter a consulta ciudadana.
Con el llamado a referéndum, Vizcarra –un presidente que asumió con la debilidad de haber llegado al cargo no por los votos sino por la renuncia en marzo pasado de Kuczynski, de quien era vicepresidente, por denuncias de corrupción, sin un partido que lo respalde y con una bancada oficialista pequeña y no muy comprometida con su gestión, y a quien el fujimorismo esperaba tener bajo control con su mayoría parlamentaria– tomó la iniciativa política y se fortaleció, dejando en difícil posición al fujimorismo, que contraatacó cargando contra Vizcarra y evitando que avance el debate en el Congreso para darle luz verde a la consulta ciudadana propuesta por el Presidente. En este enfrentamiento de poderes, el domingo el presidente Vizcarra decidió retomar la iniciativa y puso al fujimorismo contra la pared al condicionar la aprobación de sus cuatro propuestas de referéndum al voto de confianza a su gobierno y con ello al cierre del Congreso fujimorista. El fujimorismo retrocedió. Por ahora gana Vizcarra.