Casi 4 de cada 10 desconocía su condición y un 27,4%, pese a estar tratado, no presentaba valores dentro de los parámetros recomendados.
“Pese a ser el principal factor de riesgo cardiovascular, más peligroso inclusive que el tabaquismo, y a ocupar el primer puesto como causa de mortalidad y de discapacidad, la hipertensión arterial no es seriamente considerada como enfermedad y no le dan la importancia que se merece los pacientes, algunos profesionales de la salud y tampoco el propio sistema sanitario”. Así lo expresaron desde la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), que presentó los resultados de la campaña “Conoce y controla tu presión arterial 2018”, alineada con una iniciativa global de la Sociedad Internacional de Hipertensión, que incluyó entre otras actividades, la medición de la presión arterial de más de 68 mil adultos a nivel nacional en mayo de este año.
Los resultados de la campaña serán presentados durante el XXVI Congreso Argentino de Hipertensión Arterial, que tendrá lugar en Mar del Plata del 11 al 13 de abril de 2019. Entre las principales conclusiones de este sondeo, se vio que sobre 21.825 mayores de 18 años que presentaron niveles elevados de presión arterial (31,8% del total), casi 4 de cada 10 (37,7%) desconocían su condición. Entre quienes se sabían hipertensos, un 27,4% estaba en tratamiento, pero no presentaba un buen control de su enfermedad y un 3,1% no estaba recibiendo ningún tratamiento.
En otras palabras, casi 7 de cada 10 hipertensos (68,2%) que se acercaron voluntariamente para hacerse un control no sabían de su enfermedad, no estaban en tratamiento o el tratamiento era deficiente. Llamativamente, solo un tercio (31,8%) se encontraba bajo tratamiento y bien controlado.
Con respecto a las fallas relacionadas con el conocimiento y el control de la hipertensión arterial, la Dra. Judith Zilberman, especialista en Cardiología e Hipertensión Arterial, presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, afirmó que hay que buscar los motivos tanto en los pacientes como en los médicos tratantes o el sistema de salud. Por el lado de los pacientes, “el principal problema es la mala adherencia al tratamiento, la cual puede relacionarse con la falta de síntomas vinculados a la hipertensión, los efectos adversos o el costo de las medicaciones o simplemente por olvidos involuntarios o creencias de los pacientes respecto de la ingesta de la medicación”.