El 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular; cada año 15 millones de personas en todo el mundo sufren un ACV
Cada año, el 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año 15 millones de personas en todo el mundo sufren un ACV y, de ellas, más de cinco millones mueren, mientras otros tantos quedan con discapacidad permanente.
¿Qué es el ACV?
Según explican especialistas de la Sociedad Neurológica Argentina, el Ataque Cerebral, también llamado ACV (accidente cerebrovascular) o stroke, es la manifestación de una repentina alteración en el flujo sanguíneo cerebral. Esto puede ocurrir porque una arteria se tape (isquemia) o se rompa (hemorragia). La arteria puede taparse a causa de un coágulo o trombo, que pueden originarse en una arteria del cerebro, del cuello o en el corazón.
Por otra parte las arterias pueden romperse, ya sea porque se han vuelto frágiles, como ocurre en las personas con presión alta, o porque tengan alguna anormalidad como dilataciones (llamadas aneurismas) o conexiones anormales entre arterias y venas, entre otras.
El ataque cerebral es una enfermedad frecuente en Argentina, ya que se estiman 40.000 casos nuevos por año. Según los últimos datos, solo en 2015 murieron más de 20.000 personas en todo el país por esta causa, es decir, 4 veces más que por accidentes de tránsito. Además, la frecuencia de ACV aumenta con la edad, ya que a partir de los 55 años, el riesgo de una persona de padecer un ACV se duplica cada 10 años.
¿A través de qué síntomas se manifiesta?
Un ataque cerebral puede afectar cualquier función del cerebro, por lo que puede manifestar a través de una gran variedad de síntomas.
El inicio del ACV es típicamente brusco, de un momento a otro. Los síntomas más comunes son:
Debilidad y/o alteración de la sensibilidad en la mitad del cuerpo o solo de la mitad de la cara, un brazo o una pierna.
Problemas para ver, hablar y/o entender.
Confusión
Dolor de cabeza
Vértigo y pérdida del equilibrio
Dificultad para leer o escribir
En ciertos casos, la persona que sufre un ACV puede no darse cuenta de ello, por eso es importante asistir a quién repentinamente presenta algún síntoma neurológico, llamando a la ambulancia para acudir a la guardia lo antes posible.
Si bien estos síntomas pueden ser causados por otros trastornos, es necesario que sea el médico quien lo evalúe. Los especialistas sugieren no intentar dar medicaciones para la presión y evitar descansar a la espera de mejoras.
Las primeras horas son fundamentales para intentar revertir el ataque cerebral. Específicamente en el ACV Isquémico, los tratamientos más efectivos se aplican dentro de las primeras horas de iniciado los síntomas y en ambos (isquémico y hemorrágico) mientras antes se trate mejor será la evolución.
En ocasiones el síntoma dura poco tiempo, debido a que la arteria se destapa espontáneamente y la persona mejora rápidamente, a lo que se denomina Ataque Isquémico Transitorio (AIT). Sin embargo, es muy importante acudir a la guardia, ya que este tipo de ataque cerebral debe estudiarse y tratarse de manera similar al ACV. Además, un número importante de AIT presenta un ACV horas o días después, lo que podría ser evitado con el correcto estudio y tratamiento.
¿Se puede prevenir?
La mayoría de los ACV pueden prevenirse, para ello es necesario realizar los controles periódicos de salud, tratar y controlar la presión arterial, la diabetes, el colesterol, así como evitar el cigarrillo.
Es importante mantener un peso adecuado y realizar actividad física aeróbica. Mejorar la dieta, aumentando la ingesta de fruta y verdura y disminuyendo las grasas de origen animal, así como reducir el consumo de sal, ayudarán a contrarrestar los factores de riesgo.
La sociabilización también es un factor a tener en cuenta: estar bien de ánimo, tener amigos y hacer actividades de grupo, ya que la depresión y el aislamiento se asocian al ACV.
Tener las vacunas al día para evitar infecciones, acudir al odontólogo y tener un buen estado dental, también disminuyen el riesgo de sufrir un ACV. Y, principalmente, mantenerse informado con fuentes confiables de información, por ejemplo, concurriendo a charlas a la comunidad y consultando a su médico sobre prevención.