Daniela Lopilato, hermana de Luisana, es nutricionista y acaba de publicar un libro que se llama “Comer es un placer saludable”.
Los parámetros en nutrición cambiaron y los especialistas no dejan de reforzar que la clave está en pensar en hábitos saludables y que pueden mantenerse a largo plazo, y no en dietas demasiado restrictivas y que impliquen un sacrificio poco posible de cumplir.
Siguiendo esta idea, la nutricionista Daniela Lopilato, autora del libro “Comer es un placer saludable”, comparte sus recomendaciones y derriba algunos de los mitos más instalados. Para empezar ésta es, en contraposición con otras épocas, la era de las “no dietas” sino de las buenas prácticas.
Cambiar de hábitos
“Empezar a hacer algún tipo de actividad física, controlar las porciones y programar las comidas, son algunas de las cuestiones que generan más resistencia al cambio. Para poder alcanzar estos objetivos, mi recomendación es que piensen en una meta por vez y la sostengan. Advertir el avance, les dará más impulso para continuar con el siguiente paso. Cada uno sabe qué es lo más le cuesta modificar. Les recomiendo empezar por ese punto. Si advierten que pueden alcanzar su objetivo, el resto será mucho más fácil”.
Comer mejor, en lugar de comer menos
“Nuestro metabolismo es inteligente. No vamos a engordar por comer de vez en cuando lo que más nos gusta -por ejemplo, dos porciones de pizza o un helado-, como tampoco vamos a adelgazar si sólo se ingieren verduritas, se saltean comidas o se sigue una dieta muy restrictiva y que ponga en riesgo nuestra salud tanto física como emocional. El camino es aprender a comer mejor. Esto se dará con la incorporación de hábitos saludables. No es fácil, lleva tiempo, pero se puede lograr. Otro error muy común es comer de más un día y al siguiente, pasar hambre. Hay que mantener los ritmos biológicos. La conducta y la moderación son claves indispensables para alimentarnos mejor y más aún, cuando queremos bajar de peso”.
Dietas, no; mejores hábitos, sí
“Las dietas tienen un tiempo determinado y los hábitos incorporados perduran. Además, dan mejores resultados físicos y emocionales. Si aprendés a comer mejor, ganás en salud y en felicidad”.
No existe el peso ideal
“Lo importante no es ese número en la balanza sino tu composición corporal y más precisamente, tu porcentaje de grasa corporal. Siempre hablo de un peso que podamos sostener y ese número depende de rangos de dos kilos más o dos kilos menos”.
¡A moverse!
“Hacer actividad física de manera regular y a cualquier edad da beneficios múltiples e importantes. Entre ellos, incrementa la masa muscular, favorece la renovación celular y contribuye a prevenir distintas enfermedades. La mejor forma de abandonar el sedentarismo es empezar a moverte de a poco. Si de todas formas te cuesta o no encontrás el momento, caminá todo lo que puedas y tratá de no estar mucho tiempo sentado”.
Derribando mitos
Los alimentos integrales, ¿engordan menos que los refinados? No. “Ambos aportan casi las mismas calorías. Que sean integrales significa que el grano conservó su cáscara. Por lo tanto, tendrá más fibras, vitaminas y minerales que aquellos refinados. Esto significa que son más nutritivos y beneficiosos. Además, dan mayor valor de saciedad”.
¿El alcohol fija las grasas? ¡Totalmente falso! “Pero sí es cierto que tiene un efecto importante sobre el aumento de peso ya que aporta calorías vacías y estas se suman a las que consumimos con las comidas. Por lo tanto, si estás tratando de bajar de peso mejor evitarlo o controlar la cantidad ingerida”.
¿Un jugo de pomelo o limón en ayunas quema las grasas? Para nada. “No existe un alimento que de por sí queme las grasas. Cualquier fruta cítrica con fibras (kiwi, frutillas, limón, pomelo, naranja o mandarina) favorece la depuración del hígado, gracias a sus antioxidantes, y ayuda a que la vesícula funcione mejor, eliminando grasas y toxinas. Pero esto no los convierte en quema grasas”.
Si hago actividad física todos los días, ¿puedo comer lo que quiero? Falso. “Si bien existen personas con un metabolismo más alto que otras, que comen lo que quieren y con solo llevar un ritmo de vida más activo no aumentan de peso, eso no quiere decir que no deberán controlar qué comen, hagan o no ejercicio. Es simple: las personas engordamos cuando comemos más calorías de las que gastamos”.