La aplicación WhatsApp es una protagonista de la vida diaria y ayuda en las comunicaciones interpersonales. Sin embargo, su abuso puede generar algunos conflictos, especialmente entre la familia. Muchas personas se sienten atrapadas, sin poder salir o se molestan con algunos comentarios.
Las nuevas tecnologías traen aparejadas una revolución en materia de instantaneidad y velocidad de la información por lo que ya no se debe esperar mucho tiempo para que alguien pueda recibir un mensaje de parte de otra persona. En relación a esto, la aplicación WhatsApp es una protagonista de la vida diaria y del relacionamiento de las personas por lo que es común que muchos la utilicen como medio de comunicación habitual.
La psicóloga Mariana Hernández comenta que “hoy en día muchas familias crearon grupos de Whatsapp para mantener una comunicación fluida pero lejos de lograr ese objetivo, se crean focos de conflicto y disputas familiares que se debaten en la arena virtual”.
Según la especialista, los últimos años han sido una revolución total: “Cuando comencé con mi trabajo profesional, a principios de los 2000, a mi consultorio venían pacientes que tenían disputas o conflictos familiares no resueltos de mucha data, y uno de los motivos principales que se solía encontrar era la falta de comunicación entre las partes ya que cuando algo incómodo acontecía, la principal reacción era no llamarse más”. Luego, continúa: “Hoy por hoy, no es necesario hacer una llamada o encontrarse con los otros para discutir algo ya que muchos utilizan la aplicación para animarse a decir lo que sienten, sin tener que pasar por el momento incómodo de decirlo cara a cara. Allí es cuando comienzan muchos conflictos ya que los grupos de mensajes familiares tienen un componente de historia personal y familiar que se manifiesta allí”.
Experta en cómo tratar las adicciones a la tecnología, la psicóloga Hernández comenta las principales diferencias y etapas de los grupos virtuales: “Al comienzo de la popularización de la aplicación Whatsapp, todos querían participar de ellos porque nadie quería quedar fuera o perderse algo que se discutiera internamente. En el principio, estar en un grupo virtual era una forma de identificación y pertenencia a algo, aunque sea en el mundo de lo virtual. Sin embargo, hoy en día ya hay una proliferación de grupos muy marcada por lo que muchas personas se sienten atrapadas en esos conjuntos, sobre todo en los familiares”.