En un comunicado, expresó su “fastidio” por las medidas que aumentan la presión impositiva. En un campo alquilado, el margen neto equivale a sólo el 16% de lo que se paga en impuestos.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) expresó su “fastidio e impotencia por la manera simple y expeditiva con la que se planifica en el Estado Nacional, la solución de los problemas de déficit fiscal para no recurrir a la nefasta emisión monetaria”.
“Se incrementa la deuda pública o se sigue subiendo la presión impositiva sobre la actividad privada, y el pato de la boda –una vez más– será el sector agropecuario”, se quejó la entidad presidida por Alberto Padoán en un comunicado en el que formuló fuertes críticas al accionar del Gobierno nacional en materia impositiva.
La BCR reclamó puntualmente por el artículo incluido en la Ley de Presupuesto que habilita a subir hasta el 33 por ciento la alícuota de retenciones, algo que sólo ocurriría eventualmente para la soja. A esto se sumó ahora el proyecto de modificación de Bienes Personales que elimina una exención que regía para viviendas rurales.
Para la entidad rosarina, “pareciera no tomarse conciencia que la producción soporta ya una enorme carga tributaria total (nacional, provincial y comunal), que representa cerca del 45 por ciento de sus ingresos brutos”.
Casos
En ese sentido, trazó algunos ejemplos de cómo los impuestos afectan al negocio.
El margen neto que obtiene un productor que realiza soja de primera, en campo propio en zona núcleo, equivale a la mitad de lo que tiene que utilizar para cumplir con el fisco. Ese mismo planteo productivo, en el norte del país, tiene una rentabilidad que es sólo una cuarta parte de lo que se llevan las arcas públicas. Si se trata de un campo arrendado, en la zona núcleo lo que queda después de pagar impuestos es apenas 16 por ciento del dinero utilizado para ello.
“Y la presión fiscal aquí computada es solamente la visible en forma directa, ya que la cadena de producción y comercialización soporta además otros impuestos, como los que gravan los combustibles, el IVA sobre el valor añadido, impuesto a los ingresos brutos por la compra de insumos y otros bienes/servicios, derechos municipales y comunales, etc”, agregó la BCR.
Y criticó que “el fisco no asume riesgos, ya que recauda sin importar el resultado de la actividad productiva”.
El último párrafo no es menos duro: “Mientras tanto, la administración pública en los tres poderes del Estado y en todos sus niveles, incluyendo organismos autárquicos y empresas públicas, dirigentes políticos, funcionarios, empleados públicos, en relación de dependencia y contratados, asesores, continúan sosteniéndose merced al esfuerzo de un número cada vez más reducido de contribuyentes que ya no están en condiciones de soportar más cargas”.
Fuente: Agrovoz