Mientras avanza la caravana migrante hacia Estados Unidos, el gobierno republicano anticipa que hará recortes de la ayuda a tres países que no impidieron la salida de sus pobladores. “No somos terroristas”, dijo Denys Contreras.
La caravana de migrantes centroamericanos que camina rumbo a Estados Unidos continúa su marcha atravesando México. Ayer, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que su gobierno comenzará a recortar la ayuda a Guatemala, Honduras y El Salvador por no haber, según dijo, impedido la salida de los migrantes.
“Guatemala, Honduras y El Salvador no fueron capaces de hacer el trabajo de impedir que la gente saliese de su país y viniese de manera ilegal a Estados Unidos. Comenzaremos ahora a recortar, o reducir sustancialmente, la enorme ayuda extranjera que rutinariamente les damos”, afirmó Trump en su cuenta de Twitter. Según los últimos datos oficiales del Departamento de Estado, en el año fiscal 2018, Washington entregó 84 millones de dólares en asistencia extranjera a Guatemala, 58 millones de dólares a Honduras y otros 51 millones a El Salvador.
Minutos antes, el mandatario había cargado también contra las autoridades de México por ser incapaces de detener a la caravana de inmigrantes. “Tristemente, parece que la policía y el Ejército de México no son capaces de detener la caravana que avanza hacia la frontera sur de los Estados Unidos”, tuiteó el mandatario. Además, calificó la situación de emergencia nacional. “Criminales y desconocidos de Medio Oriente están mezclados (en la caravana). Ya alerté a la patrulla fronteriza y a las fuerzas armadas que esto es una emergencia nacional. ¡Tenemos que cambiar las leyes!”, aseguró Trump. Las emergencias nacionales son situaciones declaradas por lo general a corto plazo, en el marco de las cuales se desbloquean fondos para afrontarlas. De momento, la Casa Blanca no ha informado de que el presidente haya firmado una declaración de emergencia y no está claro qué significaría en este caso.
Trump aprovechó, asimismo, la ocasión para atacar a la oposición demócrata en el marco de la campaña electoral de cara a los comicios legislativos del próximo 6 de noviembre. “¡Cada vez que vean la caravana, o a gente viniendo ilegalmente, o intentando venir a nuestro país ilegalmente, piensen en y culpen a los demócratas por no darnos los votos para cambiar nuestras patéticas leyes migratorias! ¡Recuerden las elecciones de medio mandato!”, subrayó en Twitter.
El domingo por la noche, el secretario de Estado, Mike Pompeo, había advertido, por su parte, en un comunicado: “Estados Unidos sigue de cerca la caravana de migrantes”. Además, aseguró que muchos de ellos, en lo que calificó como su peligroso viaje, estaban violando la soberanía de los países, sus leyes y sus procedimientos. “Como el presidente Trump ha declarado, de conformidad con la ley de Estados Unidos, no permitiremos que los inmigrantes ilegales ingresen o permanezcan en nuestro país”, aseveró.
La caravana partió de Honduras el 13 de octubre con unos 1000 integrantes, pero en el trayecto se les sumaron muchos más, entre ellos, guatemaltecos y salvadoreños. “La caravana comprende 7233 personas, muchas de las cuales tienen la intención de continuar su marcha hacia el Norte”, informó ayer el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Aziz Haq, citando una estimación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). El vocero, además, subrayó la necesidad de que los migrantes sean tratados con respeto y dignidad. Haq sostuvo que la OIM y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados se estaban movilizando para ayudarlos. “Durante el fin de semana, el secretario general (Antonio Guterres) habló con varios líderes sobre la situación de los migrantes centroamericanos y subrayó la necesidad de que trabajen con la OIM y la Acnur”, aseguró, sin especificar la identidad de los dirigentes en cuestión.
El contingente llegó este domingo a la ciudad mexicana de Tapachula, en el estado sureño de Chiapas, tras recorrer unos 40 kilómetros desde Ciudad Hidalgo, fronteriza con Guatemala. Ayer, se dirigían hacia la ciudad de Huixtla, a unos 45 kilómetros. Las autoridades de migración les instan a los centroamericanos a regularizar su estatus legal. Hasta el momento, más de 1000 han solicitado refugio a las autoridades migratorias en México, haciendo caso al pedido de las autoridades. Sin embargo, el trámite de refugio puede tardar hasta tres meses, por lo que la mayoría optó por ingresar a México de forma ilegal.
“No somos criminales, Donald Trump. No somos terroristas”, dijo ante la prensa el hondureño Denys Omar Contreras, uno de los portavoces de la caravana. “Las únicas armas que traemos son las ganas de salir adelante y de proteger nuestras vidas”, agregó.
Reunidos en la plaza central Miguel Hidalgo, en Tapachula, los migrantes lanzaron arengas antes de empezar a organizarse para reanudar su recorrido bajo una temperatura de 34 grados. “¡Somos migrantes, no somos criminales! ¡Somos trabajadores internacionales!”, gritaron. “¡Manchada de rojo está la frontera, porque ahí se mata a la clase obrera!”, era otro de los gritos que lanzaron.
“Me arriesgo porque en este país no se hace nada, no hay trabajo y si uno lo halla es poco el sueldo, solo para los gastos”, manifestó Joselin Castellanos, que abandonó Honduras junto a sus tres pequeños hijos rumbo a Guatemala para unirse después a la caravana en la frontera con México.
“Se debe ser muy insensible para no observar que esta gente está decidida a todo, porque no tiene nada que perder”, declaró a medios locales Nelson Avila, político, economista y precandidato presidencial por el partido de izquierda Libertad y Refundación. En sus palabras, Honduras es la nación más pobre de toda América latina y el Caribe y además la nación con más desigualdad, porque pocas familias controlan la riqueza mientras que buena parte de los nueve millones de habitantes vive en la pobreza extrema.
En una encuesta llevada a cabo en diciembre de 2017, el Instituto Nacional de Estadística, especificó que un 64,3 por ciento de la población de Honduras está en condición de pobreza y el 40,7 por ciento en la extrema pobreza. Además, el 20 por ciento de la población vive con menos de un dólar al día.