Las autoridades así lo ordenaron para evitar que se descompusiera en una playa muy concurrida. Hacía veinte años que no se producía un evento semejante.
Las autoridades de De Haan, en el norte de Bélgica, ordenaron trocear un cadáver de ballena de aleta, o rorcual, que apareció este jueves en las playas de la comuna. Es la primera vez en 20 años que los restos de un ejemplar de esta especie llegan a las costas flamencas.
El ejemplar en cuestión medía 18 metros y pesaba 35 toneladas, lo que es considerado una marca baja teniendo en cuenta que una ballena de esta especie puede llegar a las 49 toneladas y los 27 metros, informó AP en su sitio.
Además, el cadáver exhibía lesiones que podrían indicar que el animal había chocado con un barco de pasajeros en algún momento.
La primera noticia la dieron los habitantes de la playa de De Haan por el olor pútrido que desprendía el cadáver. El peligro era que la ballena se descompusiera en la costa (o que explotara como pasa por la acumulación de gases adentro del cuerpo).
El profesor de la Universidad de Liege Thierry Jauniaux confirmó que el índice de grasa “es muy bajo” por lo que el animal “estaba demacrado”.
El rorcual es el segundo animal más grande del mundo después de la ballena azul y enfrenta los mismos problemas que la mayoría de la fauna marina en cuanto a la contaminación y reducción de su hábitat.