“No te metas con mis helados” podría ser la frase de una nueva campaña que asoma junto a los días más calurosos.
Los heladeros artesanales evitan trasladar al consumidor la totalidad de los costos para que las ventas no sigan bajando. Actualmente se vende a un promedio de $380.
Las perspectivas no son buenas para las heladerías. Es que los fabricantes aseguran que si bien las ventas no bajaron mucho, sí están preocupados por la rentabilidad.
El sector está un 4% debajo de la rentabilidad y las ventas cayeron un 10% respecto a 2017.
“Estamos un poco complicados, como todo el mundo. Si bien la venta no bajó tanto, lo más preocupante es la rentabilidad”, aseguró Francisco Maccarrone,vicepresidente de la Asociación de Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (Afadhya).
La inflación, los tarifazos y la suba de precios en los lácteos (principal insumo) complican al negocio.
“No alcanzamos jamás a los precios de los proveedores, uno no puede aumentar todas las semanas o cada 15 días. Los precios de los lácteos no paran nunca y son la base del helado”, detalló Maccarrone.
Los productores sostienen que el precio del kilo de helado está unos $225 por debajo del valor al que se lo debería vender en comparación con otros países, pero que no lo actualizan para no perder clientes.
“Habremos actualizado un 20% desde que se vino esta debacle. Igual estamos debajo, pero no podemos llevarlo al precio que deberíamos. El precio debería ser de US$16, es un precio histórico. En Europa está alrededor de US$16 el kilo. Ahora el kilo acá está aproximadamente US$10 ($380)”, explicó el vicepresidente de Afadhya).
Sin embargo, los heladeros aún tienen esperanza en salvar la ropa durante el verano.
“Para nosotros lo peor ya pasó, esta época es para reponernos porque la venta importante empieza entre octubre y diciembre”, concluyó Maccarrone.