Según datos de la Agencia Mundial para la Prevención de la Ceguera, en el mundo hay 36 millones de personas ciegas y otros 217 millones sufren de baja visión, es decir, discapacidades visuales en grado moderado a severo. En conjunto, baja visión y ceguera representan el total de casos de discapacidad visual.
El dato sobresaliente es que hasta el 80% de los casos de ceguera son evitables ya sea porque se pueden tratar hasta recuperar la visión (60%) o porque se pueden prevenir (20%).
A menudo, las causas de la ceguera evitable están asociadas con la pobreza y la falta de acceso a servicios de atención oftalmológica de calidad. La enorme mayoría de las personas con discapacidad visual se concentra en naciones de bajos ingresos.
Si bien las tasas mundiales de discapacidad visual disminuyeron desde inicios de la década de 1990, alrededor del 65% de los pacientes es mayor de 50 años, grupo de edad que representa el 20% de la población mundial.
Hasta el 80% de los casos de ceguera son evitables ya sea porque se pueden tratar hasta recuperar la visión (60%) o porque se pueden prevenir (20%)
Con una población anciana en aumento en muchos países, más personas estarán en riesgo de sufrir discapacidad visual por enfermedades oculares crónicas y envejecimiento. Por otra parte, se estima que el número de niños con discapacidad visual asciende a 19 millones, de los cuales 12 millones la padecen debido a errores de refracción, fácilmente diagnosticables y corregibles. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 1,4 millones de menores de 15 años sufren ceguera irreversible y necesitan intervenciones de rehabilitación visual para su pleno desarrollo psicológico y personal.
“Este día mundial brinda la oportunidad de aumentar el grado de compromiso con el fin de garantizar el derecho a ver. Asimismo, debemos considerarlo como un llamado de atención a la sociedad toda, para reforzar la importancia del control oftalmológico periódico como medida efectiva en el diagnóstico precoz de patologías como el glaucoma y de la donación de córneas, que permiten que muchas personas recuperen su visión”, consideró el médico oftalmólogo Nicolás Fernández Meijide, jefe de la sección Córnea y Refractiva del Servicio de Oftalmología del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Y tras alertar que “cada vez son más los jóvenes que tienen miopía, un defecto de la visión que no permite ver los objetos lejanos claramente, pero sí los cercanos”, el especialista explicó: “Si bien el origen de la miopía es multifactorial, y este aumento en la prevalencia es controversial, cada vez más se está señalando que el entorno está jugando un rol preponderante por los cambios de hábitos. Más aún, en algunos estudios se pudo demostrar que el aumento en el tiempo al aire libre puede reducir la cantidad de niños que hacen el llamado ‘shift’ miópico, y que incluso los ya miopes aumentan en menor grado su miopía con el tiempo”.
En estudios realizados especialmente en naciones asiáticas, en donde se siguieron grandes poblaciones, se observó esta tendencia, que está relacionada con el uso de pantallas LED y las pocas horas que se destinan al aire libre. Incluso, en algunos países se sugirió que las aulas, en las que los alumnos pasan buena cantidad de horas al día, sean con luz natural, y no artificial, de manera de contrarrestar este efecto. La cantidad de afectados creció velozmente. Actualmente, la mitad de los adolescentes y jóvenes adultos de los Estados Unidos y Europa tienen algún grado de miopía, en tanto que en países como Taiwán, Singapur o Corea del Sur la cifra llega al 70 por ciento.
“La constante exposición a las pantallas de smartphones, tabletas, televisores y computadoras personales incide sin lugar a dudas -resaltó Fernández Meijide-. En los últimos años, las consultas por miopía crecieron entre 25 y 30% y se están tratando pacientes cada vez más jóvenes”.
En el mundo hay 36 millones de personas ciegas y otros 217 millones sufren de baja visión
De hecho, según un reciente informe del Instituto Nacional de Salud y Seguridad Laboral de los Estados Unidos, el 90% de las personas que pasan más de tres horas al día utilizando dispositivos tecnológicos desarrollan un síndrome de fatiga visual. Este daño es aún mayor entre los más jóvenes. Se estima que para 2020, más del 30% de los niños y adolescentes tendrá algún grado de miopía debido al abuso de estas tecnologías.
El especialista señaló que “según el grado de miopía, el oftalmólogo determina cuál es el mejor tratamiento a seguir”. “En algunos casos se aconseja la corrección óptica con anteojos o lentes de contacto mientras que en otros se recomienda la cirugía correctiva con láser”.
Las recomendaciones apuntan a realizar un control oftalmológico anual. “Y como prevención se sugiere pasar menos tiempo encerrado frente a una pantalla y más al aire libre”.
Las cinco causas más prevalentes de ceguera y baja visión
Fernández Meijide enumeró los principales causantes de discapacidad visual.
Problemas de refracción:
La miopía, el astigmatismo y la hipermetropía no corregidas, es decir en pacientes que no usan anteojos ni lentes de contacto, constituyen la causa más importante de discapacidad visual.
Cataratas:
En los países de ingresos medios y bajos, las cataratas siguen siendo el principal motivo de ceguera. Si bien en la Argentina se realiza una enorme cantidad de cirugías de catarata, aún existen muchísimas personas que por varias razones (falta de acceso a centros oftalmológicos, escasez de recursos y miedo a la cirugía, entre otros) están ciegas por esta patología, primera causa de ceguera evitable.
Glaucoma:
El aumento de la presión ocular es una enfermedad que puede provocar ceguera si no se trata. En sus comienzos no presenta síntomas de ningún tipo, pero una vez detectado, se puede detener su progresión.
Diabetes:
Otra patología frecuente es la retinopatía diabética, producto de una diabetes mal controlada.
Enfermedades corneales:
Los ciegos por patologías corneales -que en la Argentina son unos pocos cientos, un número bajo comparado con otros desórdenes visuales más prevalentes- restablecerían su visión si el esfuerzo de INCUCAI, la Sociedad Argentina de Oftalmología y el Consejo Argentino de Oftalmología se viera favorecido y apoyado por una cultura de donación de córneas más difundida. La córnea es un tejido que se obtiene post mortem y que, a diferencia de los órganos, no requiere histocompatibilidad