Xuxa estaba grabando su programa en un teatro de Río de Janeiro. Se llamaba El Show de Xuxa, probablemente todos lo hayan visto alguna vez. Ella, con su sonrisa de siempre, presentaba los musicales, las exhibiciones de circo y jugaba con los niños. El lugar estaba colmado, con el color de casi 200 chicos eufóricos, gritando y cantando al ritmo de las canciones de la popular presentadora.
Afuera, a metros de la puerta, había un auto mal estacionado con dos hombres a bordo, granadas, bombas de fabricación casera, dos revólveres y seis escopetas, cuatro de ellas fijas en el maletero, que se podían disparar desde los asientos delanteros por control remoto. Tenían un objetivo: secuestrar a “la Reina de los Bajitos”. Y estaban dispuestos a liquidar al que se interpusiera en su camino.
Ocurrió el miércoles 7 de agosto de 1991. Maria da Graça Meneghel ya era toda una estrella en su país y en gran parte del mundo. Había comenzado su carrera como modelo y su romance con Pelé la catapultó a la fama. Luego la convocaron a conducir en televisión y su programa fue todo un éxito. Por aquel entonces, la revista Forbes la ubicaba como una de las 40 personalidades más ricas del planeta; y en su país ocupaba el primer lugar.
En Brasil -y principalmente en Río de Janeiro- la delincuencia y la inseguridad eran temas centrales de la agenda política y social desde mediados de los 80. Xuxa ya había recibido varias amenazas de muerte, por eso no iba a ningún lado sin la compañía de sus seis guardaespaldas. Muchos pensaban que era una exageración, pues no esperaban lo que ocurriría aquel miércoles.
Ahora bien, Xuxa estaba haciendo su programa en el teatro del barrio Jardín Botánico y estaba el auto estacionado en la puerta. Mal estacionado. Al notarlo, un agente de la policía militar se acercó para pedirle que se corriera. A bordo del vehículo se encontraban los hermanos Douglas y Alberto Louriquio, de 18 y 23 años, que vivían en San Pablo. Asustados por la presencia del oficial, le respondieron a los tiros.
Otro agente de la policía que se encontraba en el lugar intentó repeler el ataque, pero también fue impactado por la balacera. A metros de distancia los vigilantes de un camión de caudales, blindado, fueron testigos de lo que ocurrió y se dirigieron a toda marcha hacia donde se encontraban los delincuentes, que no dudaron acelerar y darse a la fuga.
La persecución duró algunos minutos, hasta que Douglas y Alberto chocaron de frente contra otro vehículo al ingresar a una calle en contramano. Para evitar que se escaparan a pie, los ocupantes del camión de caudales usaron sus armas y, en el tiroteo, uno de los delincuentes murió y el otro fue herido de gravedad.
En la puerta del teatro, los dos agentes de la policía atacados fueron trasladados hacia un centro médico cercano: uno murió antes de llegar, y el otro se recuperó al tiempo.
En el auto de los delincuentes fueron hallados un plano del teatro de Río de Janeiro y otro del edificio donde funcionaba la empresa Xuxa producciones, además del arsenal con el que pensaban enfrentarse, en caso de que fuera necesario, con los guardaespaldas de la conductora.
Al días siguiente la noticia repercutió en los medios de todo el mundo. Según el diario ABC de España, Xuxa, conmocionada por el hecho, manifestó sus deseos de establecerse fuera del país.
El intento de secuestro afectó profundamente a la animadora infantil. Muestra de ello fue la aterradora historia que contó al comienzo de un programa en 1993. Ante su público infantil, la “Reina de los Bajitos” habló sobre el caso de una niña que había sido secuestrada, asesinada y descuartizada.
“Saben una cosa que pasó en Brasil: secuestraron a una chiquita muy pequeñita y que estaba llorando mucho porque cuando se despertó estaba en brazos de una persona que no era su familia. Y el hombre se quedó tan mal porque la chiquita no paraba de llorar que la mató”, dijo, ante los llantos y el griterío de los niños que se pueden apreciar en el video.
La inseguridad seguiría al acecho en la vida de la popular conductora. En 2002 fue informada por la Policía de Brasil que había un plan para secuestrar a su hija, de tres años por aquel entonces, según el diario O Día.
La versión indicaba que la División Anti Secuestros de la Policía supo del plan por una llamada anónima y, tras una investigación, confirmó que un narcotraficante pretendía secuestrar a la pequeña Sasha y utilizar el dinero del rescate para la financiación de la fuga de un “capo” de su banda preso en Brasilia. Ante esta situación, Xuxa reforzó su seguridad privada y se mudó con su hija.