Unos 200 hinchas de la Lepra entraron a Bella Vista cuando el equipo estaba entrenando. Tiraron bombas y cantaron en contra de Central por el clásico que se viene. Increparon a jugadores y hubo momentos de mucha tensión.
Si algo le faltaba a este presente de Newell’s de economía raquítica y escasos puntos en la tabla, era una apriete de la barra brava al plantel profesional a plena luz del día y dentro del predio de entrenamiento leproso. Unos 200 hinchas entraron al polideportivo Bella Vista sin que nadie se les opusiera. Tiraron bombas de estruendo y cantaron en contra de Central. Y cuando los jugadores terminaron de entrenar, se acercaron en forma intimidatoria y les exigieron que ganen el clásico de Copa Argentina, que según la última confirmación de AFA se disputará el jueves 1 de noviembre con horario, estadio y presencia de hinchas todavía por definir.
El grave episodio sucedió en la práctica del martes. Unas 200 personas vestidas con ropa de Newell’s, entre ellos reconocidos integrantes de la barra brava leprosa, fueron a la puerta de Bella Vista y no encontraron resistencia para ingresar al polideportivo. Según el testimonio de testigos, entraron tirando bombas de estruendo, agitando banderas y cantando en contra de Central.
El numeroso grupo de hinchas se ubicó en uno de los laterales de la cancha en la que el plantel hacía movimientos físicos y tácticos. Desde allí siguieron la práctica, con la excusa de que estaban realizando un “banderazo” de apoyo al equipo de cara al clásico de Copa Argentina, que según informó la AFA se disputará el próximo jueves 1 de noviembre, sin confirmación de horario, estadio y presencia o no de público.
Esa situación, que de por sí fue anómala y tensa, se tornó más grave aun cuando terminó el entrenamiento y los hinchas se acercaron a los futbolistas para “hablar”. Distintas fuentes confiaron que hubo momentos de violencia verbal y física cuando los barras exigieron que “vayan para adelante” en el partido con Central y los jugadores rechazaron el “apriete”.
Los más experimentados del plantel fueron los que tomaron la palabra ante los violentos y cuentan que hubo “empujones, cachetazos y corridas” al capitán Hernán Bernardello, Brian Sarmiento y Víctor Figueroa. No hubo denuncias de los futbolistas y tampoco de los dirigentes.