Todavía no está claro qué ocurrió, pero el fuego sagrado del espíritu deportivo se hizo humo este martes en lo que es un episodio inédito en la historia de las olimpíadas modernas.
El espíritu de los juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 se extinguió brevemente este martes en un episodio nunca visto -e inadmisible- en un evento de este tipo.
La antorcha olímpica, su camino por todo el mundo y por el país anfitrión de los juegos, y el honor de llevarla de una posta a la siguiente, siempre encendida es una de las tradiciones que llegan a los juegos modernos directo desde su versión de la antigua Grecia.
El fuego del espíritu olímpico no debe apagarse durante todo el tiempo que duran los juegos olímpicos, pero en Buenos Aires 2018 algo salió mal.
Todavía no se sabe qué pasó, pero lo cierto es que la llama, alimentada a gas, desapareció durante varios minutos. Para prenderla de nuevo hubo que recurrir a la llama de emergencia que se guarda en una linterna -un farol- que es custodiado por al menos tres guardias.
La antorcha llegó desde Atenas el 26 de julio y recorrió 14.000 kilómetros por todo el país. Fueron 17 relevos por las principales ciudades (algunas debieron ser canceladas, como Bariloche y Córdoba). Cada tramo tuvo un kilómetro y la antorcha fue transportada por diez personas.