Es el “Padre Felipe”, denunciado por tres ex alumnos que tenían entre 13 y 18 años cuando ocurrieron los hechos. También van a visitarlo a su lugar de detención.
Vecinos de la ciudad de Puerto Santa Cruz organizaron una “ vaquita” para pagarle los servicios de un prestigioso abogado a un cura que fue procesado con prisión preventiva por cometer abusos sexuales en perjuicio de al menos tres menores que concurrían a una Iglesia para seguir la carrera eclesiástica. Además, según confirmó la policía, lo visitan asiduamente en la cárcel donde está alojado
Se trata de Nicolás Parma, conocido como “El Padre Felipe”, quien habría cometido los abusos durante su estancia en la Iglesia Exaltación de la Santa Cruz entre los años 2009 a 2012. El cura fue detenido el pasado 6 de octubre en la provincia de Tucumán y trasladado a esa ciudad costera de la provincia de Santa Cruz.
El lunes, la jueza Noelia Ursino notificó a Parma de su procesamiento con prisión preventiva por los delitos de “abuso simple doblemente agravado en concurso real con abuso gravemente ultrajante doblemente agravado en concurso real con corrupción de menores agravada”. Al cura se le imputaron tres hechos, los dos primeros con la modalidad de delito continuado.
El día que lo detuvo, el ex “Padre Felipe” declaró durante cinco horas, en las que negó haber cometido ataques sexuales contra los chicos de entre 13 y 18 años, a quienes la jueza ya había escuchado desde el mes de julio de este año, que fue cuando el expediente llegó a sus manos.
Los abusos en la Iglesia Exaltación de la Santa Cruz se destaparon en 2016 gracias a que Yair, uno de los chicos que hizo ahí el postulado, fue a la justicia luego de que la Iglesia no le diera respuesta a sus acusaciones. También había enviado una nota a El Vaticano, pero tampoco hubo contestación.
Yair tenía menos de 16 cuando fue víctima del cura Parma. Se había unido a la congregación en Salta, su provincia, y desde ahí lo mandaron hasta la localidad de Puerto Santa Cruz para que se convirtiera en sacerdote. Durante su estadía hubo mucha violencia sexual, que incluyó a otros novicios que, cuando lo vieron contar su historia, también se animaron a romper el silencio.
En el año 2012, cuando la mayoría de los jóvenes que más tarde lo denunciarían, abandonaron la congregación, Parma fue enviado a la diócesis Vic, de España, no sin antes llevarse una declaración de gratitud del Concejo Deliberante de Puerto Santa Cruz, según publica hoy el diario Tiempo Sur.
Semanas atrás, luego de que hiciera pública la detención del cura, el Comisariado Pontificio a cargo del Instituto Discípulos de Jesús de San Juan Bautista del que formaba parte Parma, emitió una declaración en donde aseguraron que fueron ellos quienes -luego de que estallara el escándalo- lo hicieron regresar de España a Tucumán. El documento reconoce además “los indicios de verosimilitud” de las denuncias de los chicos.
Fuentes de la Comisaria de la localidad costera aseguraron a la prensa que desde que está detenido, varias personas del pueblo solicitaron permiso para visitarlo. No sólo eso, sino que se pudo confirmar que un grupo de feligreses para quienes el cura parece “intocable”, se organizaron para juntar dinero y contratar a Carlos Muriete, uno de los penalistas más reconocido de la provincia. Hasta entonces, Parma contaba con el acompañamiento de la defensora oficial de Comandante Luis Piedra Buena, Flavia Castellini, luego de que la defensora de Puerto Santa Cruz declarase tener un vínculo de amistad con él.