Por Graciela Gioberchio
Durante cinco días, a principios de noviembre, cirujanos plásticos, endocrinólogos, sexólogos, ginecólogos, urólogos, psiquiatras y psicólogos de veintiún países del mundo se reunieron en Buenos Aires para hablar de la salud de la población transgénero y cómo los avances médicos pueden contribuir a su bienestar. El intercambio se realizó en el marco del 25° Congreso Mundial de Salud Transexual (WPATH, por sus siglas en inglés), que por primera vez se realizó en una ciudad de América Latina.
¿Qué balance dejó el simposio internacional? La información reunida en las casi 200 presentaciones desarrolladas en el encuentro, que contó con el auspicio de ONU Sida, las sociedades argentinas de Urología y Cirugía Plástica, y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, permite delinear, al menos, cinco temas centrales de la agenda mundial de la salud trans: la esperanza y calidad de vida de las personas trans, el desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas de las cirugías que ayudan a fortalecer la identidad sexual autopercibida; el abordaje de los casos en niños, niñas y adolescentes; la determinación de la edad más adecuada para la realización de las cirugías, y la definición de los protocolos médicos en la materia a nivel mundial.
Tal como señala el eslogan principal del congreso – “El bienestar y la calidad de vida de nuestros pacientes”-, una de las temáticas que más interesó a los especialistas es contribuir a la extensión de la esperanza de vida de la población trans, que en promedio en la mayoría de los países del mundo no llega a los 40 años, y por eso es considerada como una población crítica y vulnerable.
Otro de los puntos centrales corresponde a las técnicas quirúrgicas tendientes a mejorar los resultados de las cirugías, principalmente las masculinizantes, como son la mastectomía o la masculinización del tórax (consiste en la extracción de las glándulas mamarias y requiere un trabajo de reposicionamiento del complejo areola-pezón) y la faloplastía, la cirugía masculinizante genital que se realiza mediante distintas técnicas. “Se presentaron nuevos abordajes para mejorar los procedimientos de faloplastía que incluyen la confección de la uretra, una intervención que requiere muchos cuidados para evitar riesgos y complicaciones”, señaló a Infobae, Javier Belinky, a cargo de la sección de Cirugía Transexual del Hospital Durand y presidente local del simposio internacional.
Sobre estos avances expusieron los cirujanos Stan Monstrey, de Bélgica, Paul Daverio, de Suiza, Loren Schchter, de Estados Unidos, Maud Belanger, de Canadá, y Belinky, de la Argentina. “El intercambio fue muy productivo y la conclusión a la que arribamos es que, respecto a este tipo de cirugías, en nuestro país estamos al mismo nivel que el resto del mundo”.
También se presentaron novedades en cuanto a feminización facial. Uno de los expositores argentinos fue el reconocido cirujano plástico y maxilofacial Marcelo Di Maggio, cuya técnica se basa en una remodelación integral de las partes óseas y blandas de la cara. En su presentación se refirió a las cirugías de feminización facial que se realizan en la Argentina, entre ellas, una de las más solicitadas es la cirugía de la nuez de Adán o tiroplastía, que consiste en reducir y contornear el cartílago tiroides, un rasgo más prominente y visible en los hombres que en las mujeres.
Cuál es la mejor edad para estas cirugías
Los especialistas analizaron, además, cuál es la mejor edad para estas cirugías y cuáles son los procedimientos quirúrgicos que más benefician a los pacientes en edades tempranas. En este sentido, la ginecóloga Marcy Bowers, el urólogo Maurice García, ambos de Estados Unidos; el cirujano plástico canadiense Pierre Brassard; y los cirujanos Monstrey, Schechter y Belinky coincidieron en que la edad adecuada para la realización de la cirugía genital es entre el paso de la escuela secundaria y el ingreso a la universidad, es decir, entre los 17 y 18 años.
Señalaron, también, que no debería haber una edad mínima para que se realice la mastectomía. “Consideramos que la masculinización del tórax puede practicarse apenas se desarrollen las mamas”, indicó Belinky. Y explicó: “Su aparición incomoda, genera un fuerte impacto psicológico y deriva en cuadros de lesiones a partir de maniobras en las que se fajan o encintan porque tienen vergüenza de algo que viven como una deformidad. El varón trans desea tener un pecho plano y, cuando lo logra, mejora notablemente su calidad de vida y su relación con el entorno”.
La definición de los protocolos médicos a nivel mundial para atender a las personas trans es otro de los temas tratados en el congreso. Se trata de los lineamientos a seguir en el manejo de la salud transgénero, un trabajo que se viene realizando a distancia desde hace seis meses mediante videoconferencias, chats y mails. El congreso brindó la oportunidad de reunirse cara a cara y poder darle forma a un modelo que abarca todos los aspectos de la salud trans: desde las cirugías y la salud mental hasta la preservación de óvulos y espermatozoides de las personas trans.
El capítulo referido a las intervenciones quirúrgicas estuvo dirigido por el cirujano estadounidense Schchter y el argentino Belinky, el único miembro de Latinoamérica que participó. En los “standar of care” también trabajaron el cirujano Eli Coleman, ex presidente de la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero (WPATH) y el psiquiatra inglés Jon Arcelus.
Cómo abordar los casos en niños y adolescentes
Una de las presentaciones que creó expectativa entre los especialistas que asistieron al congreso, sobre todo entre los latinoamericanos, fue la que realizó el médico psiquiatra y sexólogo Adrián Helien, quien desde 2005 coordina el Grupo de Atención a Personas Transgénero (GAPET) en el Hospital Durand, pionero en la conformación de equipos multidisciplinarios de salud trans, anclados en tres patas fundamentales: la psicología, la endocrinología y las cirugías.
Heilen explicó ante el auditorio reunido en los salones del Hotel Hilton que el modelo de atención del Durand es diferente al que se aplica en el mundo. Es que con la sanción de la Ley Identidad de Género, en 2012, una nueva etapa se inició en la Argentina.
La norma establece que las personas trans pueden cambiar su nombre, foto y sexo del DNI y acceder en el sistema de salud pública –también por obras sociales y prepagas– a tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas para cambiar de sexo y reafirmar la identidad autopercibida, sin necesidad de una autorización judicial. La ley no patologiza la condición trans y también contempla a los menores de edad, algo que nunca antes había sido legislado en ningún otro país, aunque claro, los menores de 18 años deben tramitar su nuevo documento con sus padres y un abogado.
“En relación a otros países de Latinoamérica estamos muy avanzados en cuanto a derechos y acceso a la atención médica de las personas trans. Por caso, desde 2005 en el Durand llevamos 2.000 pacientes atendidos, una estadística que no se alcanza en ningún país de la región. Y en cuanto a la atención de niños, niñas y adolescentes en Latinoamérica prácticamente no hay nada”, señaló Heilen a Infobae.
Las iniciaciones de estos procesos de transición se dan cada vez en edades más tempranas y es un fenómeno que se acentúa a nivel mundial. Por eso, los especialistas insisten tanto con el rol central que tienen que tener los padres como garantes de los derechos de los chicos.
Heilen brindó una estadística elaborada a partir de los estudios realizados en el país que indica que el 88% de las personas trans se dio cuenta cuál es el género en el que se reconoce antes de los 10 años: el 67% antes de los 5 años y el 21%, entre los 5 y los 10 años. Estos hallazgos se repiten en estudios realizados en países desarrollados como por ejemplo en Canadá.
En el cierre del 25° Congreso Mundial de Salud Transexual se volvió a pedir que las personas trans tengan un mejor acceso a la salud integral. Los expertos de los veintiún países escucharon una vez más a una sociedad cada vez más diversa que no deja de reclamar por sus derechos.