De esta manera, se estableció la disminución de sal de 26 productos, tales como galletitas, bizcochos y similares, fiambres, embutidos, sopas y caldos
El elevado consumo de sodio es el principal factor de riesgo para la hipertensión arterial, que se relaciona directamente con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, responsables del 40 por ciento de las muertes en la Argentina. Por eso, se aprobó una nueva reducción de sodio en productos procesados.
La Secretaría de Gobierno de Salud aprobó una nueva modificación al Código Alimentario Argentino con el propósito de seguir disminuyendo el consumo de sal de la población. De esta manera, se establece la reducción de sodio de 26 artículos en productos tales como galletitas, bizcochos y similares, fiambres, embutidos, sopas y caldos.
Las empresas tendrán un plazo de 18 meses para la adecuación de los productos.
“La hipertensión arterial es el factor de riesgo más importante en la mortalidad cardiovascular en la Argentina, siendo el consumo de sal el principal determinante de la hipertensión arterial”, contextualizó la directora nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades Crónicas No Transmisibles de la Secretaría de Gobierno de Salud, Verónica Schoj, y agregó que: “las políticas de disminución de sodio son altamente costo-efectivas para reducir la carga de enfermedad cardiovascular y disminuir los costos sanitarios”.
La funcionaria consideró que «esta nueva reducción de sodio es un gran paso”, aunque advirtió que “no debemos perder de vista que los argentinos consumimos el doble de la sal recomendada, por lo que es fundamental para avanzar en esta meta que la población cocine con menos sal, no agregue sal a la comida y consuma cada vez menos alimentos procesados y más frutas, verduras y otros alimentos frescos”.
Esta modificación del Código Alimentario se realiza en el marco de la Ley 26.905, –sancionada en 2013– que entre otras estrategias, establece la limitación del contenido de sodio en alimentos industrializados, la presencia de menús alternativos de comidas sin sal agregada, las limitaciones a la oferta espontánea de saleros y la disponibilidad de sal en sobres y de sal con bajo contenido de sodio en establecimientos gastronómicos.