La dieta mediterránea que llevan adelante los habitantes de países como Grecia, Italia y España, hace hincapié en la estacionalidad, los productos locales y las preparaciones tradicionales. Es rica en vegetales, frutas, nueces, cereales y aceite de oliva, con proteína animal como pescado o pollo y pocos lácteos, carne roja y alimentos procesados. La dieta nórdica o “vikinga” es similar pero se concentra más en frutos rojos, legumbres, granos enteros y pescados grasos, y utiliza el aceite de colza.
En la dieta de los vikingos hay un marcado énfasis en consumir los granos enteros, las frutas, las verduras, los huevos, el aceite y los mariscos, mientras que los alimentos como la carne, los productos lácteos, postres y alcohol se comen con moderación. A diferencia de la dieta mediterránea, la nórdica utiliza aceite de colza en lugar del de oliva, y productos originarios de la región escandinava: Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia.
Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), adoptar como estilo de vida la dieta mediterránea o la dieta nórdica podría cortar las tasas de cáncer, diabetes y enfermedad coronaria. El análisis se hizo para buscar recomendaciones ante la “emergencia de obesidad”.
Por otro lado, una investigación llevada a cabo por la Universidad de Harvard reveló que los secretos de la dieta nórdica radican en los cereales como el centeno, la cebada y el avena; vegetales como el col, las patatas, el brócoli, los repollitos de Bruselas, las remolachas, los nabos y las zanahorias; legumbres como los frijoles y las arvejas; semillas comestibles, como las de girasol y sésamo; algas; pescados como el arenque, el salmón y la caballa, y mariscos.
La publicación del área de cardiología de la Universidad de Harvard la recomendó y describió como “la dieta protectora del corazón” al igual que la mediterránea, en particular porque limita el procesamiento (se cocina de cero), los dulces y la carne roja.
Al analizar las diferencias entre ambas dietas, el artículo observó que, al igual que el aceite de oliva, el de colza tiene una alta concentración de grasa monoinsaturada, que es saludable. Pero también contiene ácido alfa-linolénico, un ácido graso de origen vegetal similar a los del omega-3 animal. Su valor calórico, además, es inferior.
Además de manzanas y peras, los escandinavos consumen muchos frutos rojos: fresas, arándanos azules y rojos, frambuesas, moras y escaramujos. La investigación de Harvard ha vinculado la ingesta abundante de frutos del bosque con menos riesgo cardíaco: “Los frutos del bosque son fuentes excelentes de químicos de las plantas, las antocianinas, que parecen bajar la presión sanguínea y hacer más flexibles los vasos sanguíneos”.
Llevar a cabo las dietas en otras regiones
Ambas son características de países que se destacan por consumir pescados y aceite de oliva así como granos y frutas de estación. Para la nutricionista Agustina Murcho, implementarlas en casa depende de la economía de cada uno: “Lo que son legumbres y vegetales de estación se puede comprar. Pero lo más difícil es siempre el aceite de oliva y los pescados. Pero depende claramente de cada persona”.
“Muchas personas no compran pescado o aceite de oliva por los precios, pero no vi dificultad en muchas personas para llevar a cabo este tipo de alimentación”, concluyó en diálogo con la nutricionista.