Una especialista explica lo sencillo y seguro del proceso, además de dejar de lado algunos mitos que hay en torno a la donación
En Argentina se necesitan más de 4 mil transfusiones diarias, ya que los componentes sanguíneos son requeridos en múltiples situaciones, como accidentes, operaciones, trasplante de órganos, tratamientos oncológicos y pacientes con quemaduras graves, entre otros, algo que sirve para poner de relieve la importancia de generar conciencia sobre una acción simple, no dolorosa y segura que contribuye a salvar millones de vida, como es la donación de sangre.
“La donación es un proceso totalmente seguro, dado que el material que se utiliza para la extracción es estéril y desechable”, destaca la doctor María Valeria El Haj, quien además explica que “no dura más de media hora y se realiza bajo la responsabilidad de un equipo médico”.
En cuando a aquellos que puedan ser donantes, se destaca que puede ser cualquier persona, hombre o mujer, con buen estado de salud, mayor de 18 años y menor de 65 años, cuyo peso supere los 50 kg.
Entre quienes no pueden donar sangre se encuentran: personas que padezcan o hayan padecido determinadas enfermedades como hepatitis, sida, paludismo, chagas, o tumores; quienes consuman o hayan consumido drogas por vía endovenosa; quienes hayan consumido algún medicamento; y embarazadas o mujeres en período de lactancia.
A las personas que se hayan hecho un tatuaje o piercing se les recomienda donar después del año, al igual que a los que se hayan realizado acupuntura o sufrido algún accidente con exposición a sangre o secreciones y el contacto con ellas a través de mucosas o heridas.
Respecto a ciertos mitos que existen en torno a la donación de sangre, la Dra. El Haj subraya que “es falso que la persona se debilite, dado que una vez realizada la donación, el volumen de sangre es reemplazado rápidamente y en unas horas se normaliza, sin alterar las tareas habituales; el único consejo es no hacer fuerza con el brazo del cual se extrajo sangre durante esa jornada”.
Tampoco es cierto que la donación modifique el peso corporal, a lo sumo, se puede notar un leve incremento del apetito en las horas posteriores, lo cual es normal y esperable.
Y por último, no es necesario estar en ayunas para donar sangre, por el contrario, se sugiere que la persona beba por lo menos 500 ml de agua o bebidas con sales minerales media hora antes de la extracción y sin restricciones para la ingesta de alimentos sólidos, evitando únicamente las grasas y lácteos.