Hipertermia y asfixia son los dos vocablos médicos que dejó sobre la mesa el dramático caso de la bebé de un año que murió en un confuso episodio luego de permanecer en la butaca del auto -tras un “olvido” de su padre- durante nueve horas.
El auto permaneció estacionado en la puerta de la casa de la familia, con la niña adentro y con las ventanillas cerradas y bajo el rayo del sol. El caso conmocionó a los vecinos de Santos Lugares en particular y a la población en general y también a los especialistas de la salud que intentan buscar una explicación lógica al caso.
Los primeros resultados de la autopsia revelaron que la niña -nacida en Santos Lugares- murió a las cinco horas de estar en el habitáculo del auto, por lo que estuvo cuatro horas sin ningún signo vital. Las dos causas principales y que se complementan son las de hipertermia y asfixia.
Según el secretario del Comité de Prevención de lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría, el doctor Ruben Aymo, la hipertermia va de la mano con la falta de oxígeno. “Al no tener oxígeno después de una cantidad de horas, empieza a haber una depresión en el sistema nervioso central, un aumento de monóxido de carbono producto de la respiración propia de la beba que termina en un paro cardiorrespiratorio y un final dramático y totalmente evitable”
“Estos casos ocurren porque el auto es bastante hermético debido a la prevención de la entrada de los gases de combustión del motor, dejando sin ninguna posibilidad de oxígeno a la bebé”, describió Aymo.
“El aumento de la temperatura corporal es incompatible con la vida. Además se desencadenan procesos metabólicos que hacen que el organismo pida más y más oxígeno, se transforma todo en un caos y se desencadena un paro cardiorrespiratorio en cuestión de tres minutos”, enfatizó el especialista.
En cuanto a la prevención y cómo evitar que sucedan estos accidentes, el doctor Aymo fue contundente: “Los padres nunca deben dejar a un niño solo en el auto, ni diez, quince o veinte minutos ni siquiera con todas las ventanas bajas; nunca es nunca, porque es lamentable llegar a estas instancias para darse cuenta de que es un peligro y que los adultos deben prestar extremo cuidado”.
Por último, el profesional de la salud especificó: “En todos los lugares donde hay actividad humana un accidente puede ocurrir, así como el niño está en contacto con elementos riesgosos mucho antes de tener la capacidad para entender que eso es un peligro. La seguridad de nuestros niños, de proveer un ambiente seguro, es responsabilidad de los adultos”, concluyó.