La empresa, que depende de Facebook, inició una purga con el fin de que los usuarios, y sobre todo las empresas anunciantes, puedan confiar en la aplicación
¿Alguna vez le pareció que ciertas personas tienen más seguidores en las redes sociales de las que debían o no corresponde con su nivel de fama? Le contamos un secreto: es muy probable que compren seguidores.
En la Argentina hubo casos muy conocidos de este tipo de práctica como el que protagonizó el ex gobernador de Misiones Maurice Closs cuando compró 200 mil seguidores de Facebook para promocionar la provincia como destino turístico a un costo de 830 mil pesos, que terminaron pagando los contribuyentes.
Lo cierto es que la compra y venta de seguidores no es una exclusiva de la política sino del mundo artístico en el que siempre se puede invertir unos pesos para mostrarse muy popular en las redes.
Sin embargo, este “negocio” podría terminarse en cuestión de horas luego de que la empresa Instagram advirtiera este lunes que está rastreando seguidores falsos, “Me gusta” y comentarios generados por aplicaciones diseñadas para hacer que las cuentas parezcan más populares de lo que realmente son.
Esta medida no es algo que le haya surgido a los responsables de esa aplicación así porque sí. Ocurre que la red social Facebook, el padre de Instagram que este año ha pasado por varias instancias complicadas en lo que a seguridad se refiere, se esfuerza por asegurar a sus usuarios que se puede confiar en la red social líder y sus servicios.