La sonda Insight sigue enviando imagenes. El viaje hacia el planeta rojo duró siete meses y hace seis años que no se colocaba un objeto en dicho lugar.
La imágenes corresponden a una extensa planicie llamada Elysium, que fue el lugar elegido para “amartizar”, ya que es una zona muy lisa y con pocos accidentes geográficos. El módulo InSight, valuado antes de su aterrizaje en 995 millones de dólares, recogerá datos a través de tres instrumentos: el sismómetro SEIS, el dispositivo RISE (para localizar con precisión la sonda mientras Marte oscila sobre su eje de rotación); y el sensor de flujo de calor HP3, que va insertado a 5 metros en el subsuelo marciano.
Esta última penetrará 15 veces más en el terreno que cualquier otra pala o taladrando anterior, para determinar la cantidad de calor que se escapa del interior del planeta. La NASA espera que la misión ayude a entender por qué son tan diferentes Marte y la Tierra, pese a que se formaron de manera similar. Al ser menos activo geológicamente que la Tierra, Marte podría ofrecer pistas sobre lo ocurrido hace más de 4.500 millones de años.
La sonda “amartizó” este lunes después de siete años de trabajo y siete meses de viaje por el espacio. La Nasa calificó la operación como “perfecta”, pues la activación del paracaídas, el despliegue de sus patas y la reducción de velocidad de 19.800 km/h a 8 km/h se llevaron a cabo en apenas siete minutos.
Este aterrizaje en Marte es el primero desde 2012, cuando el explorador Curiosity de la Nasa llegó a la superficie y analizó las rocas en busca de signos de vida que podría haber habitado el planeta vecino a la Tierra, ahora gélido y seco.