Tres de cada diez personas viven situaciones tan embarazosas como sufrir la pérdida de orina al toser, reír, hacer ejercicio o algún esfuerzo físico. La incontinencia urinaria de esfuerzo es mayor en las mujeres que en los hombres, y la proporción aumenta a más del 40% en la población más adulta. Esta problemática lleva a muchas personas a modificar sus hábitos y rutinas dejando de hacer actividades que les dan placer, lo cual hace que vayan perdiendo calidad de vida.
Los embarazos, los partos vaginales y las alteraciones hormonales -producidas especialmente durante la etapa posmenopáusica- predisponen a las mujeres a la aparición de incontinencia urinaria de esfuerzo, atrofia y laxitud vaginal, otros dos síntomas que disminuyen el placer sexual e impactan en el día a día femenino. Afortunadamente, estas tres patologías se pueden tratar de manera sencilla y rápida gracias a los tratamientos ginecológicos láser.
“Para los casos de incontinencia urinaria de esfuerzo, un tratamiento médico indoloro, rápido, de aplicación simple, ayuda a las mujeres a vivir plenamente y sin situaciones incómodas”. Así lo explicó la médica uroginecóloga María Emilia Alcoba (MN 138474), directora médica de Sens Medical, el primer centro láser dedicado a la aplicación de tratamientos uroginecológícos.
El procedimiento es no quirúrgico y consiste en aplicar láser de última generación para provocar la bioestimulación del canal vaginal
Este procedimiento no quirúrgico consiste en aplicar láser de última generación provocando la bioestimulación del canal vaginal a través de la difusión térmica no ablativa con el fin de lograr una mayor producción de colágeno y termocontracción del piso pélvico. “El tratamiento se realiza en un máximo de tres sesiones, y los cambios se sienten a partir de la primera o segunda sesión según cada organismo, pero se hacen notar en todo su potencial al finalizar el tratamiento”, aseguró Alcoba.
Por su parte, la atrofia vaginal es una modificación de las características de la mucosa vaginal que suele manifestarse luego de cambios hormonales vinculados a la disminución de los niveles de estrógeno. Estos cambios provocan inflamación en las paredes vaginales, sequedad y pérdida de elasticidad. “Quienes padecen esta condición suelen tener relaciones sexuales dolorosas, sensación de ardor, picazón, inflamación y síntomas urinarios realmente molestos”, detalló la especialista, quien señaló que “el tratamiento permite recuperar el trofismo natural de la vagina estimulando la renovación del colágeno, beneficiando la estructura vaginal a través del aumento del espesor de la mucosa y mejorando la lubricación. Así también se vuelve a adquirir comodidad, soltura y calidad de vida en un máximo de tres sesiones de corta duración, indoloras y en un ambiente profesional, cálido e íntimo”.
En el caso de la laxitud vaginal, esta patología surge cuando se pierde elasticidad y tensión en las paredes vaginales. La falta de tonicidad, que puede generarse después de los partos naturales o incluso con el paso del tiempo, produce una disminución de sensaciones durante el acto sexual generando pérdida de interés sexual, inhibiciones y falta de naturalidad. “La sensación incómoda y frustrante que genera esta laxitud es fácilmente tratable y puede mejorar en poco tiempo a través del láser de uso ginecológico. El tratamiento estimula la generación de colágeno natural y el aumento de la lubricación de la mucosa”, describió Alcoba.
De esta forma, aquellas mujeres que padecen de incontinencia urinaria, atrofia vaginal y laxitud vaginal pueden recibir tratamientos simples, cortos, sin cortes ni incisiones y con resultados reales desde la primera sesión, para recuperar la calidad de vida que merecen. “Sin dudas, mejoramos la calidad de vida de las mujeres en situaciones en las que la habían perdido. El láser está revolucionando la medicina dado que genera beneficios en situaciones que antes requería soluciones complejas“, concluyó la experta.