Un grupo de 357 migrantes, que forman parte de una caravana que salió hace un mes de Honduras con la meta de emigrar a Estados Unidos, llegó hoy finalmente a la frontera por la ciudad mexicana de Tijuana, después de hacer una travesía de 4900 kilómetros desafiando al presidente Donald Trump. Subidos a camiones y tráilers, estos migrantes se adelantaron al resto de la caravana, formada por unas 5000 personas, que está todavía unos 2400 kilómetros al sur de Tijuana, entre los estados de Jalisco y Nayarit.
“Me siento feliz, me siento alegre porque gracias a Dios estamos aquí a un paso de entrar a Estados Unidos”, dijo el hondureño José Alfredi Mejía Márquez, oriundo de San Pedro Sula, donde comenzó el movimiento migratorio el 13 de octubre. “No es fácil, pero sí alegres, porque estamos ya cerca. Lo más importante es llegar a la frontera y ver qué pasa”, agregó. El grupo, el primer contingente grande de tras caravanas que transitan ahora por México, llegó en nueve autobuses a la ciudad, fronteriza con San Diego.
Antes, el fin de semana, habían arribado unos 75 miembros de la caravana pertenecientes a la comunidad LTGBI (lesbianas, gays, bisexuales, personas transgénero e intersexuales), que recibieron apoyo para moverse porque habían sido hostigados en la misma caravana. Los migrantes fueron llevados al “Desayunador del Padre Chava”, un centro de apoyo de la congregación católica salesiana y deberán ahora decidir sus siguientes pasos. Algunos dijeron que podrían quedarse en Tijuana en caso de no ser admitidos en Estados Unidos, pero otros afirmaron que incluso si los deportaran volverían a intentar cruzar la frontera cuantas veces fuera necesario.