Stephen Hawking creía que la fusión nuclear podría resolver el problema energético del mundo evitando las consecuencias de la emisión de gases que generan el efecto invernadero.
Hoy son varios los que apuestan al desarrollo de esta iniciativa que, aún está en fase experimental, y promete energía limpia e ilimitada. Entre ellos se encuentran empresarios y gurúes del mundo tecnológico.
La startup Commonwealth Fusion Systems (CFS), liderada por investigadores del MIT promete producir energía por fusión nuclear en 15 años. Está financiada, en parte por Breakthrough Energy Ventures, un fondo de inversión del que forman parte Jeff Bezos, Bill Gates, Jack Ma y Richard Branson, entre otros.
Bezos también invirtió en la compañía General Fusion, basada en Vancouver e integrada por más de 60 científicos de todo el mundo, que está trabajando en un reactor de fusión nuclear.
Por su parte, Paul Allen, que falleció hace unos días, se mostró siempre interesado en apoyar el desarrollo de energía limpia. El cofundador de Microsoft invirtió en Tri-Alpha Energy, que ahora se llama TAE Technologies, una de las empresas pioneras en la investigación de fusión nuclear.
Comenzaron a recorrer este camino hace 20 años y ya recibieron cerca de 800 millones de dólares en financiamiento, según Pitchbook. Y en 2017, junto con Google, crearon un algoritmo computacional para optimizar los experimentos que están llevando a cabo.
En su momento eran casi los únicos en esta carrera energética, pero hoy ya compiten con decenas de startups que buscan ser las primeras en construir un reactor de fusión nuclear.
Tal es el caso de Helion Energy, una compañía en la invirtió Peter Thiel, cofundador de PayPal, y que promete generar una máquina 1.000 veces más pequeña, 500 veces más económica y 10 veces más rápida que la que se está usando en otras iniciativas. Al menos eso dicen en su página de internet.
El proyecto más ambicioso en esta línea es ITER, del que participan 35 países -entre los que se encuentran Estados Unidos, Rusia, China Japón, Corea del Sur y las naciones de la Unión Europea- con el objetivo de construir “el tokamak más grande del mundo”. Se trata de un reactor para la fusión por confinamiento magnético, que se está construyendo en Cadarache, Francia.
En un comienzo se pensó que estaría listo en 2018, pero los plazos se extendieron: en 2025 se harán pruebas con plasma y en 2035 se comenzará el proceso de fusión de deuterio y tritio, dos isótopos del hidrógeno. Por el momento ya se invirtieron 22 mil millones de dólares en este ambicioso proyecto.
En la actualidad con los avances tecnológicos, sobre todo en lo que se refiere a procesamiento de datos, la posibilidad de llegar al “elixir energético” parece cada vez más cercana.
Como se ve, así como surgieron numerosas iniciativas, cada vez son más los multimillonarios y gurúes que miran hacia este sector. Es que esta solución de energía limpia podría también convertirse en un negocio redituable.
Según datos de IP Group, una compañía inversora en propiedad intelectual, varias empresas de investigación ya están patentando sus creaciones. Y probablemente también muchos se quieran llevar el crédito por semejante logro: ¿quién no quisiera ser el responsable de traer la solución para la humanidad?
El que no está interesado en esta tecnología es Elon Musk, quien piensa que no tiene mucho sentido ir tras la fusión nuclear. En su visión, el sol es, de por sí, un “reactor termonuclear” natural fiable. Así que para él, lo más lógico es utilizar paneles para capturar su energía, para luego almacenarla en baterías.
Cómo ocurre la fusión nuclear
La fusión nuclear es una reacción en la que dos núcleos se unen para formar un núcleo estable pesado y en ese proceso se libera energía. Un ejemplo de fusión natural es la que ocurre en el interior del Sol, donde los núcleos de hidrógeno, sometidos a altas temperaturas y presión colisionan entre sí. Así, se fusionan generando helio y emitiendo de una gran cantidad de energía.
Con los reactores de fusión se busca, de alguna manera, recrear ese proceso que ocurre en el Sol. Para llevar a cabo la fusión nuclear en los reactores experimentales se está utilizando deuterio y tritio, dos isótopos del hidrógeno, que deben ser sometidos a altas temperaturas para vencer la repulsión natural que hay entre ambos núcleos.
Esa repulsión ocurre porque ambos núcleos tienen carga positiva. Entonce es necesario conferirles una energía cinética muy alta para así vencer esa resistencia, y lograr que las partículas se acerquen lo suficiente como para que se produzca la fusión entre los núcleos de deuterio y tritio.
Para generar esta fusión se está trabajando en dos estrategias diferentes: confinamiento magnético y confinamiento inercial.
En confinamiento inercial se trata de usar láseres o haces de partículas para comprimir y calentar un pequeño blanco de deuterio-tritio. Esta técnica se probó en el National Ignition Facility de California, pero no ha demostrado tener el éxito esperado.
En el confinamiento magnético, como el que se está usando en ITER, se pretende confinar el combustible en estado plasma en el interior de un campo magnético muy intenso para evitar que los núcleos de deuterio, tritio y helio, que están sometidos a altas temperaturas, toquen las paredes del contenedor y se enfríen.
Lo más complejo del proceso es que el combustible debe mantenerse a alta temperatura, y con suficiente densidad, para que se produzcan las reacciones de fusión dentro de la cámara del reactor. Todo esto es un proceso costoso y muy complejo.