La Costa Azul, la Amalfitana y la del Sol son algunos de los destinos de verano más lujosos del mundo y donde las celebridades, los deportistas más importantes, el jet set internacional y la realeza europea pasan sus vacaciones estivales.
Cada año, las aguas del Mar Mediterráneo ven retornar a sus costas a los yates más lujosos, que atracan en Saint Tropez, Mónaco, Antibes, Marbella, Ibiza, Cerdeña, Capri o Positano, entre otras playas exclusivas. Sin embargo, el denominador común de los que eligen pasar sus vacaciones en esos destinos vip, son sus bañadores fácilmente reconocibles por sus estampados: Vilebrequin, la marca de trajes de baño de lujo que nació en Saint Tropez, en los años 70, y que se convirtió en la más prestigiosa del mundo.
Las personalidades más importantes del deporte mundial, incluso el mismo Lionel Messi, lucen estos bañadores cada verano, compartiendo el mismo estampado con los trajes de baño de sus hijos. Esto se debe a que la marca fue pionera en ofrecer el mismo modelo en diferentes talles, para que pueda ser usado tanto por un adulto, como por un niño y así tener una divertida complicidad entre padres e hijos.
Conocedor del estilo y del glamour como pocos, el ex futbolista inlgés David Beckham también es fanático de la marca y, al igual que Messi, comparte el gusto por estos trajes de baño con sus hijos. A diferencia del argentino, el marido de la diseñadora Victoria Beckham, se distinguió de su hijo con un short de baño por encima de la rodilla en negro, y su hijo Cruz, una estampada con tortugas.
Leonardo Di Caprio es otro fanático de la marca francesa. A la gran lista V.I.P, se suman otras celebridades de Hollywood como Justin Bieber, Jude Law o Matt Damon, llegando incluso a integrantes de la realeza como el príncipe Guillermo de Inglaterra.
A esta altura, muchos lectores podrán estar pensando que tal vez sean obsequios de la marca para promocionarse. Pero la repuesta es un rotundo “no”: el que quiere lucir un Vilebrequin, tiene que pagarlo aunque sea un gran personaje internacional.
Desde junio pasado, Vilebrequin desembarcó en nuestro país, en un coqueto local sobre la Avenida Alvear. Además de sus icónicos trajes de baño para ambos sexos y de los elegantes diseños para usar sobre los bañadores, la marca cuenta con una exclusiva colección Ready to wear, como camperas que se pueden usar para esquiar, sweaters de cashmere, chalecos, remeras, camisas, buzos y pantalones, entre otras. Los precios en la tienda de Recoleta son los mismos que se encuentran en los Estados Unidos y el modelo clásico cuesta alrededor de los 190 dólares en adelante, dependiendo del modelo y estampado.
De visita en la Argentina, Infobae entrevistó al CEO de Vilebrequin, Roland Herlory. Dueño de una gran trayectoria profesional en el mercado del lujo -que incluyó varios años en Christian Dior y dos décadas en Hermés- Herlory se desempeña en la actualidad como CEO de la marca más importante del mundo en trajes de baño de lujo.
Vilebrequin se hizo conocida por sus estampados minuciosamente diseñados por importantes artistas plásticos, por la gran durabilidad de sus prendas -que permite conservarlas en perfectas condiciones por varias décadas- por la gran calidad de su confección, ya que están hechas de una tela especial que hace que se sequen en un santiamén, y sobre todo, porque la clásica etiqueta impresa delata que el portador de ese traje de baño tiene bien claro el concepto de lujo y elegancia.
-¿Cómo surgió Vilebrequin? Sé que hay detrás una historia de amor que, sin buscarlo en absoluto, terminó con una gran empresa líder en el mercado de los trajes de baño de lujo
-Absolutamente. La historia de Vilebrequin es una gran historia de amor, que ocurrió en los años 70. Un periodista de automovilismo, que se enamoró perdidamente de una mujer y fue a Saint Tropez para encontrarla y seducirla. En ese momento, Saint Tropez era un mundo de moda y libertad: era el centro de un mundo nuevo. Para ir a la playa, los hombres usaban pequeños slips pero el periodista no se sentía cómodo con ellos, para poder seducir a la mujer que le había quitado el sueño. Así, que decidió crear su propio traje de baño.
Había visto a los surfers en California y en Australia, con sus trajes de baño mucho más largos que esos slips para poder hacer sus performances con la tabla. Así que, una vez que creó su traje, no sólo consiguió seducirla: también se casó con su amada y tuvieron hijos. En paralelo, sus amigos empezaron a decirle que estaban encantados con sus trajes de baño y querían saber donde los había conseguido. Al periodista no le quedó más remedio que revelar que él mismo los había hecho. Y claro, empezaron a pedirle que los diseñara para ellos. Así fue como empezó a buscar a otros amigos, que tenían máquinas de coser y ahí empieza a diseñar.
-Y sigue contando- Casualmente, su amada tenía un negocio de ropa y es allí donde el periodista comienza a vender sus creaciones. No empezó a hacer esta marca por hacer un negocio: fue solo porque se enamoró, el negocio terminó siendo una consecuencia totalmente inesperada. Este hombre ahora tiene 82 años, su historia de amor continúa y lo veo todos los años en Saint Tropez, donde me cuenta deliciosas historias de aquella época.
-¿Y cómo llegó Ud. a convertirse en el CEO de Vilebrequin, tras haber trabajado muchos años en otras marcas de lujo como Christian Dior y Hermés?
– Fue un reencuentro entre hombres de negocios. Conocía a la persona que compró la marca y me pidió que trabajara para él. Los reencuentros humanos son los más importantes para los negocios.
-¿Cómo decidieron desembarcar en la Argentina?
– Es una firma internacional y es reconocida mundialmente como la marca con los trajes de baño más lindos . Así que era algo normal que se debía hacer: traer a Vilebrequin a Buenos Aires. La marca está en 60 países en el mundo y tenemos 180 boutiques. En el nicho de este tipo de ropa, la marca es la más alta en su gama y contamos con 50 años de experiencia.
-¿Cómo eligen los estampados? Sé que hacen una selección de artistas muy importantes, que les proponen sus originales diseños y usted elige a los mejores.
– Es tal cual lo acaba usted de contar. Cada temporada, dos veces por año, un director artístico y tres dibujantes me muestran 25 diseños nuevos. Es decir, 50 diseños al año.
-¿Qué busca el consumidor de Vilebrequin cada vez que entra a una tienda?
– Viene a buscar el perfecto equilibrio entre la fantasía y la elegancia. Desde hace 50 años, ese es el gran secreto de la marca. Contamos con las mejores imprentas del mundo, así que también tenemos la mejor calidad de impresión en los dibujos. Es la calidad, que le da a la fantasía la elegancia. Pero, además de la fantasía y la elegancia, el cliente también viene a buscar confort. Esto no es poliéster, es otro tipo de material que se llama poliamida y que hace que, al tacto, se sienta como algodón. La materia prima viene de Italia pero la ropa se confecciona en Francia.
“Podés estar todo el día con estos trajes de baño, porque la sensación es la de una prenda de algodón y allí está el confort. Lo mismo pasa con la gran calidad de la red en su interior. Es indistinto que el traje esté seco o mojado, porque la tela mantiene la caída a la perfección, la conserva todo el tiempo, y además, algo que es fundamental: se seca rapidísimo”.
Estos trajes de baño también se pueden reparar, ya que por la forma en la que están cosidos, es muy simple llevarlos a arreglar y que vuelvan a quedar siempre como nuevos. Es lo que ocurre con un buen par de zapatos: los podes llevar a arreglar y te van a durar muchísimo tiempo, porque son de excelente calidad.
Así como a esos zapatos se les puede cambiar la suela o el taco, para repararlos y que vuelvan a quedar como nuevos, lo mismo ocurre con los trajes de baño de nuestra marca: se los puede reparar y cambiarle la parte que no está funcionando.
Es un producto que acompaña a la vida. La calidad es lo más importante en los productos de lujo, porque un día vas a abrir el cajón de tu dormitorio, vas a encontrar este traje de baño y vas a recordar esas vacaciones con tu hijo cuando era pequeño. Así que se convierte en una memoria de tus vacaciones y de los momentos más importantes de tu vida: con tu familia en la playa.
-¿Qué siente cuando ve que sus trajes de baño son los elegidos por las personas más importantes del mundo, como actores de Hollywood, deportistas de elite, empresarios poderosos y hasta miembros de la realeza europea?
– ¡Mucho orgullo! No es que a las celebridades se les obsequia los trajes de baño, sino es que ellas aman nuestra marca y son ellas quienes los compran. Leonardo Di Caprio, Justin Bieber, Matt Damon, Jude Law, Lionel Messi …realmente es una gran lista. Y eso se suma a las importantes personalidades femeninas que también eligen nuestra marca.