Se trata de John Bolton, asesor de Seguridad Nacional. La crisis en Venezuela, Cuba y el eventual traslado de la embajada brasileña a Jerusalén, fueron los temas clave.
El cálculo de John Bolton, cuando aterrizó en Río de Janeiro para visitar al presidente electo Jair Bolsonaro, fue hacer dos viajes en uno. Un par de horas después de ese stop, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca llegaba a Buenos Aires para la cumbre del G20.
A Bolsonaro no le alcanzaban los gestos para manifestar su satisfacción y decidió, entonces, saludar al diplomático norteamericano con una venia. Eran apenas las 7 de la mañana (6 horario local); pero ya se encontraban al lado del futuro mandatario brasileño sus dos principales colaboradores militares: el nuevo ministro de Seguridad Institucional Augusto Heleno y el jefe de la cartera de Defensa, el general Fernando Azevedo e Silva.
Junto a ellos se vio también a quien comandará Itamaraty, el embajador Ernesto Araújo. En palabras de Bolton, a través de Twitter, la reunión “fue muy productiva”. Y dijo que aprovechó la cita para invitar a Bolsonaro a Estados Unidos, un viaje que se concretaría en febrero después de una gira sudamericana del brasileño por “Paraguay, Argentina y Chile”.
El alto funcionario de Washington indicó: “Buscamos una sociedad muy dinámica con Brasil”. Pero quien dio las claves de la entrevista fue el brasileño, en una conferencia de prensa posterior en una sede militar carioca. En el “diálogo renovado” con Estados Unidos los asuntos fueron sobre “geopolítica”: Venezuela, Cuba e Israel. La aspiración norteamericana es, en principio, establecer “una alianza” brasileño-colombiana para “presionar” a Caracas. Lo había sugerido Bolton el 1º de noviembre cuando declaró: “Las recientes elecciones de líderes afines en países clave son señales positivas para el futuro de la región. Estos demuestran su compromiso con la gobernabilidad abierta, transparente y responsable”. En esa oportunidad mencionó, como parte de esa nueva dirigencia, a Bolsonaro y el colombiano Iván Duque.
El presidente electo de Brasil no hizo más que coincidir con el alto funcionario de Washington. Ante la prensa indicó: “Venezuela es una cuestión que viene de lejos y tenemos que buscar soluciones. Por la cláusula democrática del Mercosur, Venezuela no podría estar en el bloque, así que deben ser tomadas medidas”. Por ahora, Caracas está suspendida y, tal vez, se trate de su expulsión en próximas cumbres de la región.
Bolsonaro continuó: “Sabemos que existen allá (en territorio venezolano) cerca de 80.000 cubanos. Y ese es otro agravante para el caso de Venezuela”. El político, que en breve asumirá los destinos de su país, provocó hace unos días el fin del programa “Más Médicos” que había instituido la ex presidenta Dilma Rousseff, a partir de un acuerdo celebrado entre Brasilia y La Habana. Según Bolsonaro “será difícil sacar a Venezuela de esa situación. Haremos todo lo posible por las vías legales y pacíficas para resolver ese problema”.
El otro eje geopolítico del futuro jefe de Estado, que debe asumir el 1º de enero de 2019 en una ceremonia que va a contar con la presencia de Benjamin Netanyahu, fue precisamente el traslado de la sede de la embajada brasileña de Tel Aviv a Jerusalén. Todo indica que finalmente concretará esa estrategia y se convertirá en el tercer país del mundo en colocar su misión diplomática en esa ciudad. Los otros dos son Estados Unidos y Guatemala. Bolsonaro estaría dispuesto a llevar adelante esa iniciativa pese al boicot que emprenderían las naciones árabes, que importan 13.500 millones de dólares anuales en proteínas animales. “Esa posibilidad existe. Jerusalén tiene dos partes: una de ellas no está en litigio y allí está la embajada americana”, dijo.
El presidente electo ratificó su decisión de impedir que Brasil sea la sede de la reunión sobre cambios climáticos de las Naciones Unidas, previsto para 2019: la COP-25. Esto creó una cierta incertidumbre internacional que obligó a la ONU a buscar, rápidamente, un nuevo país para la cumbre del clima. “Hubo una participación mía en esa decisión”, que formalizó el presidente Michel Temer. Según Bolsonaro, quiere abandonar el acuerdo que, a su juicio, interfiere con el Amazonas “que es totalmente nuestro”. Ese “alineamiento” con las posiciones de Donald Trump explicaría la reflexión del francés Emmanuel Macron, pronunciada en el encuentro que celebró este jueves con el presidente Mauricio Macri: “Del lado francés, digo claramente que no soy para nada favorable a un tratado comercial con potencias que no respetan el Acuerdo de París y que dicen que lo van a abandonar”.