El presidente estadounidense podría perder la mayoría que cuenta en la Cámara de los Representantes aunque la mantendría en el Senado. En la campaña apeló una vez más a un discurso cargado de xenofobia.
Los estadounidenses decidirán este martes, en las denominadas “elecciones de medio término” el escenario político y la correlación de fuerzas en el Capitolio para la segunda mitad del mandato de Donald Trump. De esta manera, el mandatario estadounidense pondrá en juego las mayorías que cuenta tanto en la Cámara de los Representantes como en el Senado al tiempo que se elegirá gobernador en 36 de los 50 estados.
Las elecciones de medio término constituyen un verdadero plebiscito sobre la gestión del mandatario de turno. Históricamente, el resultado de estos comicios es favorable para la oposición. Esto llevó a Trump a involucrarse activamente en la campaña.
En los últimos 30 actos del Partido Republicano, Trump participó activamente. “No estoy en la boleta pero sí lo estoy porque este también es un referéndum sobre mí. Finge que estoy en la boleta”, dijo el mandatario estadounidense pocos días atrás en Mississippi.
Una vez más Trump eligió exacerbar su discurso xenófobo y apuntó todos sus dardos contra la inmigración. A esta estrategia, aseguran los analistas, le fue funcional la caravana de miles de migrantes que partió desde El Salvador y que avanza a pie a través de México con la intención de ingresar a los Estados Unidos.
Con la excusa del avance de la caravana Trump ordenó el despliegue de 5.200 militares en la frontera para frenar la inminente “invasión” y evitar el ingreso de “matones muy malos y pandilleros”, despliegue que sólo tiene sentido en clave electoral.
La inmigración es el tema que más preocupa a los electores republicanos, de acuerdo con una encuesta de Reuters/Ipsos, y el miedo es un gran motivador para el voto en este tipo de elecciones en las que históricamente la participación es más baja que en las presidenciales.
En el Senado, donde se renuevan 35 escaños de los 100 existentes, las posibilidades de los demócratas de recuperar el control son mínimas. Para obtener la mayoría no sólo deben mantener las 26 bancas que están en juego, sino que además deben ganarles dos a los republicanos, y en estados conservadores.
En la Cámara de Representantes, en cambio, donde se reeligen la totalidad de los 435 escaños, la probabilidad de los demócratas de recobrar la mayoría perdida en 2010 se eleva a sus máximos históricos ya que sólo necesitan arrebatar 23 bancas a los republicanos.
Los sondeos también les son favorables en la lucha por las gobernaciones de 36 estados: ganarían entre seis y ocho a los republicanos, mientras que los conservadores sólo les arrebatarían una.
En ese sentido, los comicios de mitad de mandato pueden ser determinantes en la campaña de Trump a la reelección.
Si la oposición se hace con el control del Congreso, el Presidente no sólo corre el riesgo de ver su agenda y nombramientos bloqueados, sino que al modificarse la mayoría de las Cámaras cambiaría también la de las comisiones parlamentarias y podría ser investigado y citado por los legisladores.
Incluso con la actual mayoría republicana en el Parlamento, el mandatario no logró en estos dos años sacar adelante sus grandes promesas electorales, como la derogación del Obamacare o la construcción del muro con México.
Así este martes los estadounidenses reafirmarán o no si quieren el Estados Unidos más proteccionista, antiinmigrante y de fronteras cerradas que les ofrece Trump o una versión más globalizada, inclusiva y multicultural, como proponen los demócratas.