Con 125 a favor y 65 en contra, la Cámara de Diputados aceptó los cambios que había hecho el Senado y, en segunda revisión, convirtió en ley la reforma del impuesto a los bienes personales.
Este último punto fue introducido durante el debate en el Senado, a pedido del jefe del Bloque Justicialista, Miguel Pichetto. En la Cámara baja se había exceptuado a los inmuebles rurales, luego de una fuerte presión de las organizaciones de productores rurales.
Con la reforma, pagarán el impuesto todos los que tengan un patrimonio superior a 2 millones de pesos. El piso anterior era de 1.050.000 pesos. La alícuota, que era para todos los contribuyentes de 0,25%, se aumentó para las escalas más altas. Los patrimonios de más de 5 millones de pesos pagarán 0,50% sobre el excedente. Los superiores a 20 millones de pesos pagarán 0,75%.
Como la ley incluye la creación de una comisión de revalúo de los inmuebles, con el objetivo de equiparar los criterios de las valuaciones fiscales de distintos puntos del país. Eso podría hacer que propiedades que hoy no pagan, por estar subvaluadas, empiecen a pagar. La excepción para las viviendas de hasta 18 millones de pesos alcanza sólo a los inmuebles habitados por sus propietarios.